M¨²sica sovi¨¦tica
La Orquesta Nacional de la Uni¨®n Sovi¨¦tica, con m¨¢s de medio siglo de existencia, y su director, Eugeni Svetlanov (Mosc¨², 1928) garantizan siempre brillantez, calidad sonora, intensidad expresiva y cuanto puede pedirse a un conjunto sinf¨®nico de categor¨ªa. Por eso, su presencia el s¨¢bado en Iberm¨²sica fue acogida con entusiasmo.Dos ¨²nicas obras compon¨ªan el programa: la S¨¦ptima sinfon¨ªa, en do sostenido menor, de Prokofiev, y la Tercera, en re mayor, denominada Polaca, de Chaikovski. Sobre la base firme de unos bajos de gran sonoridad, Svetlanov levant¨® los dos edificios sinf¨®nicos con mayor objetividad que pasi¨®n. El tono optimista, predominante en la ¨²ltima sinfon¨ªa de Prokofiev, quiz¨¢ nos lleg¨® tocado de superficialidad, de cosa banal, que, me parece, no coincide exactamente con el fondo de la partitura. Ahora bien, Svetlanov posee razones suficientes para conocer a Prokofiev con mayor autenticidad que quienes, fuera de su pa¨ªs, su clima y su ambiente, suelen cargar las tintas, cualquiera que sea su color.
Orquesta Nacional de la URSS
Director: E. Svetlanov. Obras de Prokofiev y Chaikovski. Auditorio Nacional. Madrid, 27 de enero.
Tambi¨¦n quit¨® hierro Svetlanov a su Chaikovski, que se ha celebrado por lo escueto, claro y carente de ret¨®rica. El temple c¨¢lido, casi nunca ausente en el autor de la Pat¨¦tica, parte de la escritura bien centrada y se apoya en la masa de arcos, que, en el caso de la Nacional de la URSS, encuentran encarnaci¨®n densa y vibrada, especialmente tendente hacia las frecuencias graves, tal y como sucede a las grandes sinf¨®nicas europeas de pa¨ªses del este.
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