Buena acogida para '?Atame!', ¨²nica pel¨ªcula espa?ola en la competici¨®n

El p¨²blico berlin¨¦s lo pas¨® bien durante la proyecci¨®n del filme de Pedro Almod¨®var ??tame! Se oyeron risas en muchas ocasiones y una ovaci¨®n, previsible en Berl¨ªn, al final del divertido spot nazi intercalado a mitad de la pel¨ªcula. Hubo algunos disidentes, pero pocos. No obstante, sus silbidos se oyeron, lo que indica que el aplauso final mayoritario no fue entusiasta, es decir, lo bastante sonoro para acallar a los contestatarios.

Tras la proyecci¨®n, Pedro Almod¨®var, acompa?ado por Victoria Abril y Antonio Banderas, principales int¨¦rpretes de la pel¨ªcula, volvi¨® a ofrecer una lecci¨®n de locuacidad y de ingenio ante la repleta sala de la Prensa acreditada en la Berlinale.Almod¨®var pidi¨® disculpas por un inoportuno corte en la proyecci¨®n, que, en palabras suyas, "rompi¨® el ritmo de la pel¨ªcula. Adem¨¢s", a?adi¨®, "la copia que han visto ustedes no est¨¢ en buenas condiciones".

Volvi¨® Almod¨®var sobre el origen de ??tame!: "Cada nueva pel¨ªcula que hago nace de algo que hay en la anterior. Si Mujeres al borde de un ataque de nervios proven¨ªa de la escena de La ley del deseo en que Carmen Maura interpreta La voz humana, de Jean Cocteau, ??tame! surgi¨® en el rodaje de Mujeres... de la frustraci¨®n que cre¨® en m¨ª el deseo de rodar lo que ocurr¨ªa en el estudio donde est¨¢bamos rodando. Me fascina la iconograf¨ªa de un rodaje. En un fin de semana hice un relato y luego poco a poco surgi¨® el resto".

"?Que qu¨¦ papel juega el sexo en mi pel¨ªcula? Es el protagonista", dijo. Y a?adi¨®: "Pero no estoy de acuerdo con la idea de que ?Atame! es una alabanza a la brutalidad. La pel¨ªcula cuenta un amor, una pasi¨®n, y cada relaci¨®n amorosa no tiene otras leyes que las que le imponen las dos personas que la viven. Claro que hay violencia en la relaci¨®n pasional de ??tame!. Pero la hay en todas. Todo amor, si lo es de verdad, crea ataduras, aunque no haya cuerdas".

Plenitud de una actriz

Precedi¨® a ??tame! en la pantalla del Zoo Palast una original y notable pel¨ªcula de Hollywood, dirigida y tambi¨¦n interpretada por Danny DeVito: The war of the Roses.

Es una pel¨ªcula tremenda e incluso tremendista, pero sus violencias est¨¢n suavizadas mediante un contrapunto muy h¨¢bil de comedia, lo que permite al espectador participar en una feroz batalla campal entre una mujer y su marido al mismo tiempo con horror y con carcajadas. La brocha gorda del gui¨®n es de esta manera afinada por ingeniosas pinceladas de un humor que, por contraste, crea diversi¨®n de buena especie.

Una pel¨ªcula de este tipo, atroz y risue?a al mismo tiempo, nunca es cre¨ªble si no son cre¨ªbles los actores que la interpretan. The war of the Roses es, por ello, y en esto las tradiciones de Hollywood son insuperables, cine de actores y, en este caso concreto, cine de actriz. Para entendernos, Margarita Gauthier es una pel¨ªcula de Cukor simplemente correcta, pero dentro de ella est¨¢ Greta Garbo en estado de gracia y el filme, que era en principio rutinario, se convirti¨® en eterno: hay genio en ¨¦l, el de la actriz.

Lo mismo ocurre en The war of the Roses con Kathleen Turner. La pel¨ªcula sin ella no ser¨ªa gran cosa, pero su belleza y su talento interpretativo son tan extraordinarios que lo llenan todo y dan fuerza incluso a lo que en el papel no lo tiene. La actriz galvaniza literalmente al filme, se apodera de ¨¦l, lo convierte -pareci¨¦ndose a muchos otros- en una obra tan singular que resulta de especie ¨²nica.

El oponente de la fiera es Michael Douglas, que logra un trabajo sin duda meritorio, pues no hace el rid¨ªculo e incluso conserva cierta innegable dignidad ante la arrolladora presencia de su contrincante, esta Kathleen Turner siempre bella, siempre buena actriz, pero aqu¨ª ya en la escalada directa hacia la cumbre.

Las im¨¢genes que la actriz proporciona a la pantalla, la sobriedad de su trabajo y la energ¨ªa que imprime a todo cuanto hace, le convierten en autora del buen¨ªsimo cine que hay dentro de esta simplemente buena pel¨ªcula.

[Junto a Douglas y Turner, aparecen en The war of the Roses el propio Danny DeVito y Marianne S?gebrecht. En su primera pel¨ªcula como director desde Arroja a mam¨¢ del tren DeVito cuenta la historia de Oliver y Barbara Rose, cuyo en apariencia perfecto matrimonio se convierte en una guerra creciente cuando la pareja, una vez decidido su divorcio, lucha por la propiedad de la casa.]