Joventut-CAI, una final de Copa in¨¦dita
Ram Joventut y CAI Zaragoza disputan hoy una final de la Copa del Rey in¨¦dita (a las 20.00, por TVE-2). Al no estar presente ninguno de los dos grandes, hecho que no sucede desde 1968, la disputa por el t¨ªtulo adquiere tambi¨¦n un tinte menos dram¨¢tico. "Se enfrentan dos clubes que han hecho del baloncesto su vida", se?al¨® un dirigente de la Asociaci¨®n de Clubes. Otra caracter¨ªstica de la final radica en la extrema juventud de los dos oponentes, ya que de los 22 jugadores que estar¨¢n sentados en el banquillo s¨®lo seis superan los 25 a?os. Los pron¨®sticos se inclinan por el Joventut, cuyo juego parece haber madurado con la llegada del t¨¦cnico americano Herb Brown.
"Tenemos un equipo muy joven del que me siento muy orgulloso", dice Brown, un entrenador que fue muy criticado a los tres meses de llegar al cargo, pero que ahora parece haber logrado que el juego del Joventut, siempre brillante y el¨¦ctrico, ofrezca una mayor sensaci¨®n de solidez.El Joventut llega a esta final habiendo resuelto con cierta facilidad todos cuantos obst¨¢culos han puesto en su camino, pero sin el contraste que todo el mundo esperaba de haberse enfrentado a un grande, en su caso al Barcelona. Los t¨¦cnicos opinan que esa circunstancia es sustituida ahora por otra, la de ostentar la condici¨®n de favorito con plena responsabilidad. Si el Joventut pierde habr¨¢ fracasado; si gana, habr¨¢ obtenido su primera Copa desde 1976 y el primer t¨ªtulo oficial de la actual generaci¨®n de jugadores que forman el n¨²cleo del equipo.
Tres veces finalista
El Joventut, desde 1984, ha sido tres veces finalista de la Copa, dos de la Liga y en una ocasi¨®n de la Recopa. Siempre ha estado cerca de t¨ªtulos importantes, pero no los ha obtenido, lo que ha dado pie a que se tachara a una joven generaci¨®n de jugadores con el apelativo de "eternos aspirantes". Sus detractores han recurrido siempre a la colecci¨®n de t¨ªtulos menores que han conquistado (Lliga catalana, Supercopa, torneo Pr¨ªncipe de Asturias) para argumentar que se trataba de un equipo "bueno, pero blando". Nadie escapa, ni siquiera los propios jugadores, a que la final de hoy adquiere una gran importancia para el Joventut, entre otras cosas porque el CAI Zaragoza es un conjunto a¨²n m¨¢s joven. Si el Joventut pierde, sus cr¨ªticos tendr¨¢n el mejor ejemplo para seguir despreciando el palmar¨¦s de hombres como Jofresa, Montero, o Villacampa.En el lado opuesto est¨¢ el CAI Zaragoza, a quien la final supone un regalo insospechado despu¨¦s de una temporada que empez¨® con malos presagios. Junto al joven t¨¦cnico Carrera, el CAI lleva tres meses de mejora y se acerca a la posibilidad de alcanzar su segundo t¨ªtulo oficial, tras la Copa que conquist¨® en 1984. El CAI se apresta a consolidar un equipo para el que est¨¢ a punto de construirse un pabell¨®n con capacidad para 10.000 espectadores y cuenta con una de las m¨¢s importantes canteras del baloncesto nacional lo que supone que ocho de los nueve jugadores nacionales de su plantilla procedan de las escalas inferiores. Si al ¨¦xito deportivo logra unir el ¨¦xito econ¨®mico, el CAI estar¨¢ listo para convertirse en una potencia del baloncesto europeo. Lleva varios a?os intent¨¢ndolo sin saltar la barrera que suponen Barcelona y Madrid. Ahora tiene una nueva oportunidad.
La final tiene una lectura sencilla: el Joventut dispone de un gran ritmo de juego y el CAI ha de intentar obligarle a jugar con mayor lentitud. Si el partido se juega a gran velocidad, los jugadores del Joventut terminar¨¢n avasallando a sus rivales, lo que ya han hecho en un par de ocasiones esta temporada. "Nuestra ¨²nica oportunidad est¨¢ que en que no dejemos que desarrollen su juego", dice Carrera. El Joventut practica, posiblemente, el baloncesto m¨¢s r¨¢pido de Europa en estos momentos.
Ambiente distendido
Finalmente, la final se vive en un ambiente mucho m¨¢s distendido. No existe el drama de las confrontaciones entre los dos grandes. La mejor prueba est¨¢ en que jugadores de uno y otro equipo son capaces de comer juntos, alternar en buena lid o disfrutar colectivamente de las compras. No es sencillo observar c¨®mo las dos plantillas comen en el mismo sal¨®n sin separaci¨®n alguna, apenas a un metro y medio de distancia una mesa de otra. Con los grandes estas cosas nunca suced¨ªan: o se colocaba un biombo o se les hac¨ªa convivir en salones separados. Esta final es diferente.
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