Control sindical de las contrataciones
Estoy francamente aburrido de o¨ªr y leer todo tipo de interpretaciones sobre la reacci¨®n de la CEOE ante el acuerdo que firmaron Gobierno y sindicatos sobre el control sindical de las contrataciones, a espaldas de los propios empresarios. Todo el mundo se considera capacitado para hacer su correspondiente ex¨¦gesis, la interpretaci¨®n que m¨¢s le acomoda o la versi¨®n en la que se siente m¨¢s a gusto. Nadie, por el contrario, parece verse obligado a hacer lo que a m¨ª me resulta obvio: leerse el acuerdo firmado y atenerse, como nosotros hacemos, a lo que pone y no a interpretaciones tan inexactas como interesadas.En este sentido, Juli¨¢n Ariza nos obsequiaba en este mismo peri¨®dico el pasado s¨¢bado 10 de febrero con. un art¨ªculo interpretando las reacciones de la CEOE al acuerdo, en el que quer¨ªa llegar a la conclusi¨®n de que est¨¢bamos politizados. ?Y lo dice ¨¦l, el m¨¢s conspicuo representante de la izquierda carrillista, del comunismo pro Ceaucescu! Sin embargo, no es el exabrupto lo que me llama la atenci¨®n, sino el hecho de que en todo el art¨ªculo no se refiere ni una sola vez, al contenido textual del acuerdo que est¨¢ en el centro de la pol¨¦mica.
M¨¢s preocupante todav¨ªa me parece la informaci¨®n sobre el asunto que hizo Martha Zein para EL PAIS un d¨ªa despu¨¦s. Despu¨¦s de todo, lo de Ariza iba firmado como opini¨®n y todo el mundo conoce m¨¢s o menos la adscripci¨®n de quien lo expresa. Pero lo que hac¨ªa Martha Zein pasaba por ser informativo, y, seg¨²n mis datos, la mitad de lo que dec¨ªa no se atiene a los t¨¦rminos del acuerdo.
Por ejemplo, ?de d¨®nde ha sacado la periodista que a las empresas solamente se les va a exigir entregar a los sindicatos copia de los contratos que tengan car¨¢cter temporal o est¨¦n acogidos a alguna modalidad de fomento del empleo? Porque el acuerdo, en su apartado primero, dice muy claro que las empresas deber¨¢n entregar a los "representantes legales de los trabajadores" una copia "b¨¢sica" de todos los contratos "que deban celebrarse por escrito". Ello incluye, por supuesto, los temporales, pero tambi¨¦n la pr¨¢ctica totalidad de los dem¨¢s, incluyendo los de altos cargos.
?En qu¨¦ fuentes (en la nuestra no, porque no hemos sido contrastados) le han aclarado a Martha Zein que los ¨²nicos datos que hay que entregar a secciones sindicales y comit¨¦s de empresa son, como afirma, la fecha del inicio del contrato, su terminaci¨®n y a cu¨¢l de las modalidades que existe se ha acogido la empresa"?
Inconstitucionalidad
La periodista parece saber del asunto m¨¢s que el propio ministro de Trabajo, porque el acuerdo dice algo muy distinto: exige una "copia b¨¢sica" de todos los contratos, que incluya todos los datos necesarios para "verificar su legalidad". Precisamente es en este punto donde los empresarios sospechamos que el acuerdo pueda, en su desarrollo normativo, incurrir en inconstitucionalidad, porque la Carta Magna tutela el derecho de todos los espa?oles a la intimidad y a no verse obligados a facilitar a delegados de organizaciones no oficiales datos de una relaci¨®n contractual espec¨ªficamente privada. Me gustar¨ªa saber si Martha Zein maneja informaci¨®n que nosotros desconocemos, porque si nos atenemos al texto del acuerdo, sin interpretaciones libres ni intoxicaciones sindicales, las conclusiones son otras muy distintas.
Por otra parte, la reacci¨®n de la CEOE al acuerdo ha sido fuerte, sin duda, pero no tanto como puede colegirse de una informaci¨®n que pone uno tras otro ep¨ªtetos y comentarios realizados en media docena de comparecencias diferentes, algunas de car¨¢cter pol¨¦mico, como mi reciente debate en TVE con Antonio Guti¨¦rrez.
La informaci¨®n dice de pasada que "el ¨²ltimo punto del citado acuerdo expresa que los sindicalistas podr¨¢n acompa?ar a la Inspecci¨®n de Trabajo en sus visitas a las empresas". Dice mucho m¨¢s: aparte de reconocer el derecho de los sindicalistas a actuar de "acompa?antes" de los inspectores, el acuerdo dice que el sindicalista podr¨¢ formularle al inspector cuantas observaciones considere precisas, y despu¨¦s el inspector deber¨¢ informarle de los resultados de la acci¨®n inspectora. Es la primera vez, desde que se aprob¨® la Constituci¨®n espa?ola, que se reconocen funciones inspectoras a delegados de organizaciones privadas y voluntarias, como son los sindicatos. Es la primera vez que el Estado delega parte de las funciones que le son propias y se las encomienda a manos privadas. ?Qu¨¦ pasar¨ªa si se hiciera lo mismo en casos de inspecciones de Hacienda, o de consumo, o judiciales? Tampoco se dice en la informaci¨®n que se crea una comisi¨®n "tripartita" por provincia, pero que a instancia "de una sola de las partes" (es decir, de la parte sindical) podr¨¢ pedir la iniciaci¨®n de acciones inspectoras contra empresas.
Verificar la legalidad
Tampoco se informa de que basta con que los sindicatos retarden la "verificaci¨®n de la legalidad" del contrato cuya copia se ha entregado para que esa contrataci¨®n se retrase y duerma en vaya usted a saber qu¨¦ caj¨®n. Tampoco se dice que los sindicatos sabr¨¢n por anticipado, con independencia de la opini¨®n de los interesados, qu¨¦ contratos van a ser rescindidos y cu¨¢les prorrogados, asi como las cantidades por indemnizaci¨®n que deber¨¢n cobrar los trabajadores (incluyendo la de contratos fijos, altos cargos, etc¨¦tera).?Ser¨¢n los sindicatos capaces de sustraerse a la tentaci¨®n de no aprovechar a su favor un caudal de informaci¨®n que no tienen siquiera en Hacienda? ?Es leg¨ªtimo pedir a las empresas que conf¨ªen en la ecuanimidad de los representantes de los trabajadores transmutados en funcionarios del Estado con capacidades inspectoras y controladoras? ?Alguien se puede extra?ar de que en la CEOE se considere este acuerdo como un ataque a la libertad de empresa, reconocida en el art¨ªculo 38 de la Constituci¨®n, y como un paso hacia la sindicaci¨®n obligatoria?
El diario EL PA?S hac¨ªa un editorial el pasado domingo sobre este asunto sin citar textualmente en ning¨²n momento el acuerdo. Interpretaba, analizaba y pontificaba. Llegaba incluso a la sorprendente conclusi¨®n de que, estando los comunistas en los sindicatos y llevando las riendas de la unidad sindical, la que necesitaba una perestroika era la CEOE.
Es una opini¨®n a mi juicio gratuita, pero tan respetable como cualquier otra. Pero es que el mismo editorial saluda el acuerdo porque "favorece la afiliaci¨®n en las peque?as empresas, las que crean m¨¢s puestos de trabajo. Y ( ... ) afianza la influencia sindical en las empresas medianas y grandes". Todo ello es verdad, pero lo hace de manera forzada, sin contar con el parecer de los propios trabajadores y usando como resorte de poder el acceso a informaci¨®n de manera privilegiada. De hecho, los sindicatos dejan de ser sociedad para convertirse en Estado.
No nos alegramos de ello, y menos nos alegramos de que el mismo editorialista considere este acuerdo "m¨¢s precisamente (sic) como la obligaci¨®n de informar sobre las contrataciones a las centrales con presencia en la empresa". Si esto es solamente lo que el editorialista considera que es el acuerdo, sencillamente pasa que no se lo ha le¨ªdo tampoco.
Por ¨²ltimo, cuando hasta el m¨¢s lerdo de este pa¨ªs se ha enterado ya de que ¨¦ste ha sido una acuerdo negociado a espaldas de la CEOE, y sin que la representaci¨®n empresarial pudiera dar su opini¨®n, el editorialista afirma que "no menos conveniente resultar¨ªa que la patronal se acostumbrase a negociar sin ventajismos", lo que es para nosotros un doloroso sarcasmo.
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