El modelo sueco

Desde hace algunos meses, gracias a la crisis de los pa¨ªses del Este, si puede decirse as¨ª, el modelo sueco hab¨ªa recobrado todo su prestigio: ?no ofrec¨ªa una soluci¨®n cre¨ªble a pa¨ªses como Polonia, Hungr¨ªa, Checoslovaquia, que se encontraban hoy ante la delicada obligaci¨®n de dirigir el paso de una econom¨ªa estatalista y burocratizada a una econom¨ªa de mercado? No sorprende que Estocolmo se convirtiese en lugar de peregrinaje ( ... ) de sus economistas. Hoy estar¨¢n decepcionados. Desde el jueves 15 de febrero, Suecia no tiene Gobierno. El primer ministro Car1sson ha presentado su dimisi¨®n tras haber rechazado el Parlamento ciertas medidas de austeridad presentadas apresuradamente para intentar detener un fen¨®meno de recalentamiento de la econom¨ªa.( ... ) Pase lo que pase ahora, el momento es grave para un partido socialdem¨®crata en el poder desde hace 58 a?os, con la excepci¨®n del per¨ªodo 1976-1982: en minor¨ªa. ( ... ), los dirigentes del partido fueron contestados por una base que tiene la impresi¨®n de cubrir los gastos del desarrollo econ¨®mico y que no comprende hacia d¨®nde les conducen, en tanto los caciques que pretend¨ªan dirigirles estaban divididos sobre las cuestiones fundamentales que trataban de la pol¨ªtica energ¨¦tica, la europea y la fiscal, por no hablar del puente sobre el estrecho que separa Suecia de Dinamarca. ?Se perder¨¢ el modelo sueco en las brumas del Norte?

17 de febrero