40 d¨ªas sin hablar

En su cama del hospital, con el suero del antibi¨®tico pinchado en el brazo, Beltr¨¢n soporta estoicamente la publicidad que se ha dado a su caso. "Creo que mi padre, con buena intenci¨®n porque quer¨ªa dar m¨¢s fuerza a la denuncia, ha exagerado un poco todo esto", afirm¨® ayer, mientras hac¨ªa esfuerzos para mover la boca.Con la barbilla hinchada "como si tuviera un flern¨®n" a causa de la rotura de la mand¨ªbula, explica c¨®mo ocurrieron los hechos, mientras quita importancia a las lesiones. "Cuando me operen, voy a estar con la boca cerrada 40 d¨ªas, eso es lo peor"."El t¨ªo ese ya se hab¨ªa metido conmigo el d¨ªa anterior llam¨¢ndome fantasma. Al d¨ªa siguiente me esper¨® con su hermano y pnos amigos junto al autob¨²s, al salir a las dos del instituto, y se empez¨® a meter conmigo para ver si yo pegaba primero. Intent¨¦ hablarle, pero, en un descuido, cuando agach¨¦ la cabeza, me enganch¨® un golpe a la barbilla con el pu?o fortalecido con un encendedor de metal. Ca¨ª sin sentido. Seg¨²n me han contado los testigos (el autob¨²s estaba lleno), en un momento el hermano me agarr¨® por la cabeza y me peg¨® tambi¨¦n, entonces me levant¨¦ y me lanc¨¦ como pude sobre ellos. No recuerdo m¨¢s".