El Real Madrid no perdi¨® los nervios en M¨¢laga
El Real Madrid, gracias a su poder reboteador, gan¨® al entusiasta Mayoral Maristas. Cinco minutos inspirados del cuadro blanco al final del primer per¨ªodo fueron sufientes para que los jugadores del t¨¦cnico norteamericano Georges Karl puedan concentrarse con tranquilidad con vistas a la final de la Recopa, que disputar¨¢n en Florencia el pr¨®ximo d¨ªa 13. El conjunto madridista, que ha aplazado su encuentro de la pr¨®xima jornada con el Estudiantes por ese motivo, ha cumplido en los tres primeros encuentros del Grupo A: gan¨® a los dos ascendidos, el F¨®rum Filat¨¦lico de Valladolid y el Mayoral, y plant¨® cara al todopoderoso Barcelona.A pesar de que Llorente, aguantando las molestias de una tendinitis que le impiden entrenarse, dirigi¨® con especial acierto a su equipo, Karl manifest¨® al final del encuentro que Vicente Gil es el principal candidato de los blancos para ocupar la plaza que, se supone, le permitir¨¢ cubrir la ACB.
En M¨¢laga, los aficionados vieron a un Madrid mermado, pero que ten¨ªa claras cu¨¢les eran sus cartas a jugar. Desde el primer momento, se pudo comprobar que la suerte del encuentro no iba a estar supeditada a la irregularidad de los tiradores, sino a la seguridad de los hombres altos. Como prueba de ello, el hecho de que Antonio Mart¨ªn resolviera casi todas sus posesiones en las proximidades del aro. Este juego, basado en las leyes del baloncesto -los altos tienen ventaja-, le vino perfectamente al Madrid.
En la segunda mitad, el Mayoral aument¨® ostensiblemente su presi¨®n ofensiva. Los locales no dejaban respirar al mermado Llorente y comenzaron a recoger frutos importantes: 56-62 (minuto 29). Pero el conjunto blanco no permiti¨® que la sorpresa se consumara y, aprovechando su superioridad en centr¨ªmetros y la velocidad del eficac¨ªsimo estadounidense Frederick, mantuvo el dominio en el marcador.
Los maristas acusaron el cansancio, pero su fe ciega en el triunfo les permiti¨® sacar fuerzas de flaqueza y volver a ponerse a s¨®lo tres canastas de su adversario cuando quedaban dos minutos y medio. Sin embargo, los madridistas no acusaron el nerviosismo propio de un partido en cancha ajena y una presi¨®n ambiental que tambi¨¦n jugaba a favor de los locales. Los de Karl, con Llorente como pieza b¨¢sica de ese juego ordenado que les dio la ventaja del primer tiempo mantuvieron la seriedad y la regularidad de sus hombres alto en las proximidades del aro, ante la desesperaci¨®n de los locales, que ya tiraban a canasta desde cualquier sitio y, en consecuencia, con poco acierto.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.