Nueva pol¨¦mica en Francia sobre los l¨ªmites ¨¦ticos de la literatura
La cr¨ªtica francesa no ha ahorrado ep¨ªtetos: el relato de las pr¨¢cticas homosexuales y de la enfermedad, agon¨ªa y muerte por SIDA del pensador Michel Foucault, reci¨¦n publicado en Gallimard por el que fuera su amigo ¨ªntimo, Herv¨¦ Guibert, es "insoportable", "glacial" y "cruel". Nadie pone en duda la veracidad de una historia que todos sospechaban o sab¨ªan. Lo que vuelve a discutirse es la oportunidad ¨¦tica de desvelar con todo lujo de detalles la intimidad de un contempor¨¢neo que mientras vivi¨® hizo todo lo posible por protegerla de la curiosidad p¨²blica.Guibert tiene ahora 35 a?os, est¨¢ tambi¨¦n enfermo de SIDA y ha dado a su biograf¨ªa de los ¨²ltimos tiempos de Foucault la forma de una novela. En A l'ami qui ne m'a pas sauv¨¦ la vie (Al amigo que no me salv¨® la vida), Foucault es Muzil, y el autor ha a?adido una / a su apellido para llamarse Guilbert. Pero Guibert no se defiende de las acusaciones con la afirmaci¨®n de que su libro es una obra de ficci¨®n. Su texto, confirma, es la descripci¨®n cl¨ªnica de la agon¨ªa de Foucault, "una comunicaci¨®n en el sentido cient¨ªfico del t¨¦rmino".
En 1981 Guibert se enter¨® de la aparici¨®n en EE UU de una misteriosa enfermedad de transmisi¨®n sangu¨ªnea e inform¨® de la amenaza a su amigo Foucault. El autor de Ia Arqueolog¨ªa del saber y de la Historia de la locura se tronch¨® de risa: "?Un c¨¢ncer que afecta s¨®lo a los homosexuales? No. Es demasiado hermoso para ser verdad". En aquel momento, Foucault estaba ya afectado por el mal sin saberlo.
Foucault, cuenta Guibert, continu¨® llevando su vida de siempre. De d¨ªa le¨ªa, escrib¨ªa, daba clases y cultivaba su cuerpo con la halterofilia. De noche, vestido con una cazadora de cuero negro con remaches met¨¢licos, iba a ligar a un bar del distrito 12. Foucault adoraba las org¨ªas violentas y ten¨ªa en un armarlo de su apartamento un saco lleno de l¨¢tigos, capuchas, correas y esposas. En San Francisco, donde iba anualmente, frecuentaba las saunas de homosexuales.
Alcanzado por el SIDA
Lleg¨® el d¨ªa en que Foucault comprendi¨® que hab¨ªa sido alcanzado' por la enfermedad. El relato de Guibert, indiscreto hasta aqu¨ª, se convierte en terrible al describir las punciones efectuadas al fil¨®sofo en la columna vertebral, su aislamiento de apestado en el hospital de la Salpetriere, sus dolorosas crisis de tos. Foucault muri¨® el 25 de junio de 1984, sin que su fallecimiento fuera asociado oficialmente al SIDA.
Entrevistado por L' Ev¨¦nement du Jeudi, Guibert se ha defendido con el argumento de que la creaci¨®n no soporta ning¨²n tab¨² y goza de todos los privilegios ¨¦ticos y est¨¦ticos. Al comentar el libro en el citado semanario franc¨¦s, J¨¦rome Garcin se ha preguntado, en cambio, si puede seguir sosteni¨¦ndose la tesis de que la literatura tiene todos los derechos, y ha recordado la pol¨¦mica despertada por la Ceremonia del adi¨®s, el libro en que Simone de Beauvoir describi¨® los s¨ªntomas de la decadencia senil de Sartre.
Babelia
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