AngoIa, en la recta final
Las partes implicadas en el proceso de paz de la ex colonia portuguesa intensifican sus contactos
Los actos de proclamaci¨®n de la independencia de Namibia, el pr¨®ximo 21 de marzo, ser¨¢n punto de encuentro de todas las partes ligadas directa o indirectamente a la soluci¨®n pac¨ªfica del conflicto de Angola, la ex colonia portuguesa fronteriza con Namibia. El ministro de Asuntos Exteriores surafricano, Roelof Pick Botha, prepar¨® la semana pasada -durante su primera visita a Luanda- una cumbre entre los presidentes de Sur¨¢frca, Frederik de Klerk, y de Angola, Jos¨¦ Eduardo dos Santos, que se celebrar¨¢ probablemente los d¨ªas 21 o 22 de marzo en Windhock, capital de Namibia.
Por su parte, el ministro de Exteriores sovi¨¦tico, Edvard Shevardnadze, invit¨® a Portugal a participar en el encuentro que tendr¨¢ -tambi¨¦n en Windhoek en la misma fecha- con el secretario de Estado norteamericano, James Baker, para dar un repaso a la situaci¨®n en ?frica austral.Los sovi¨¦ticos han sido los principales partidarios de una mayor participaci¨®n de Portugal en el proceso de paz, bas¨¢ndose en su conocimiento de los problemas de su ex colonia y en las relaciones privilegiadas que el actual Gobierno de Lisboa estableci¨® con los dirigentes de Angola y Mozambique.
Esta semana se reuni¨® en Luanda la comisi¨®n trilateral -integrada por Angola, Sur¨¢frica y Cuba- encargada de vigilar la ejecuci¨®n de los acuerdos de Nueva York sobre la independencia de Namibia y la retirada de las tropas cubanas de Angola. En la comisi¨®n participan tambi¨¦n como observadores un enviado especial del Kremlin, Viatcheslav Ustinov, y el subsecretario para Asuntos Africanos estadounidense, Herman Cohen.
Reconciliaci¨®n
La visita de Botha a Angola consagr¨® la reconciliaci¨®n entre Pretoria y Luanda. El ministro de Exteriores surafricano calific¨® insistentemente a sus interlocutores angole?os como sus "hermanos africanos" y dijo que "el apartheid y la hegemon¨ªa blanca deben desaparecer, ya que la segregaci¨®n fue un error que el Gobierno de De Klerk est¨¢ decidido a corregir, as¨ª como los reg¨ªmenes de partido ¨²nico".
Un tema hasta hace poco tab¨² en Angola, y que ya no produce alergia entre los dirigentes del partido en el poder, el Movimiento Popular para la Liberaci¨®n de Angola (MPLA), es el del abandono del marxismo-leninismo como ideolog¨ªa de Estado, la separaci¨®n entre el Estado y el partido y la eventual implantaci¨®n del pluralismo pol¨ªtico. Esto ya fue aprobado la semana pasada por el Comit¨¦ Central del MPLA, aunque las reformas tendr¨¢n todav¨ªa que ser ratificadas por el congreso del partido que se celebrar¨¢ en diciembre pr¨®ximo.
En un discurso pronunciado la semana pasada con ocasi¨®n de la apertura de las sesiones de la Asamblea Nacional Popular, el presidente Dos Santos se refiri¨® a esas reformas y a la futura revisi¨®n. de la Constituci¨®n angole?a para consagrar el pluralismo pol¨ªtico, la libertad de prensa y el derecho de huelga. Dijo tambi¨¦n que para que el cambio sea posible es necesario restablecer primero la paz en todo el territorio de Angola.
Eduardo dos Santos alent¨®, corno lo hab¨ªa hecho Botha, la necesidad de negociaciones directas con la Uni¨®n Nacional para la Independencia Total de Angola (UNITA), pero constat¨® que la actual mediaci¨®n -confiada al presidente de Zaire, Mobutu Sese Seko- estaba bloqueada y que Angola estaba explorando otras v¨ªas para conseguir que el l¨ªder rebelde Jonas Savimbi acepte reiniciar las negociaciones directas a partir de Ios acuerdos de Gbadolite, de junio de 1989.
Botha no hizo ninguna referencia directa a la UNITA, pero dijo que los dos adversarios deb¨ªan buscar un alto el fuego -a partir de las posiciones que ocupan actualmente sobre el terreno-, una propuesta altamente desfavorable a la UNITA como consecuencia de la ofensiva iniciada en diciembre por las tropas gubernamentales contra los reductos de la guerrilla en el extremo sureste de Angola. Esto permiti¨® la captura de la importante base estrat¨¦gica de Mavinga.
La semana pasada, y por segunda vez, la aviaci¨®n angole?a efectu¨® bombardeos de represalia en las proximidades de la capital de Jonas Savimbi, Jamba. La UNITA niega sistem¨¢ticamente, a trav¨¦s de su delegaci¨®n en Lisboa, los ¨¦xitos militares reivindicados por el Ej¨¦rcito de Luanda, pero un periodista de la agencia France Presse confirm¨®, desde Jamba, las acciones a¨¦reas contra el santuario rebelde.
La UNITA pide como condici¨®n para la reanudaci¨®n del di¨¢logo la retirada del Ej¨¦rcito angole?o a las posiciones que ocupaba anteriormente, exigencia que ha sido apoyada por el Departamento de Estado norteamericano.
El ministro de Exteriores angole?o inform¨® a los embajadores de varios pa¨ªses europeos en Luanda de los resultados de la visita de Botha y de las nuevas perspectivas que se abren en ?frica austral, en particular en el terreno de la cooperaci¨®n econ¨®mica, y del creciente inter¨¦s de Pretoria en la creaci¨®n de un polo de desarrollo entre Sur¨¢frica, Angola y Namibia.
Seg¨²n fuentes diplom¨¢ticas, la decisi¨®n de Luanda de oficializar la reconciliaci¨®n con el Gobierno de Sur¨¢frica es una forma de presionar al ANC para que d¨¦ un giro hacia la moderaci¨®n, ahora que el comit¨¦ central del movimiento nacionalista surafricano, reunido en Lusaka, acaba de enviar a Nelson Mandela a negociar las condiciones para la apertura de conversaciones formales.
Los l¨ªderes nacionalistas negros han pospuesto hasta el mes de julio pr¨®ximo adoptar una decisi¨®n definitiva sobre el abandono de la lucha armada y sobre el levantamiento de sanciones econ¨®micas contra Sur¨¢frica, dando as¨ª al presidente De Klerk un plazo para aquilatar la sinceridad de su voluntad de cambio.
La postura conciliadora de Angola, en guerra abierta con Pretoria desde su independencia en 1975, es clave y De Klerk parece decidido a conseguir el cambio sacrificando a su viejo aliado Savimbi, aunque a¨²n tenga que convencer a Washington.
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