Algunos destellos

No todo est¨¢ mal en esta obra con la que se inaugura el X Festival; y no toda su vulgaridad, su t¨®pico, se queda s¨®lo en eso. Dentro del ambiente de artistas, que pueden transformar por su fantas¨ªa y por su libertad y excentricidad una vida l¨®brega en algo divertido -para ellos-, y en representaci¨®n animada sus sue?os y sus esperanzas, hay algo acidulado, algo del malestar argentino.Alfredo Arias, director de escena y del centro dram¨¢tico de Aubervilliers, cuenta en ella, como autor -con la colaboracci¨®n de Kado Kostzer-, algo de su propia biograf¨ªa y de sus personajes infantiles. Y de Buenos Aires. Hay alg¨²n rasgo de direcci¨®n, un subfondo vivo de juego entre lo bufo y lo sentimental, algunos golpes maestros de bandone¨®n con la partitura de Astor Piazzolla y una especie de admiraci¨®n de todos por el teatro en s¨ª. La compa?¨ªa tiene que imitar a unos c¨®micos malos, pero entra?ables, y ya se sabe c¨®mo se suele hacer eso: con ¨¦nfasis, con engolamiento, para buscar la comicidad de su propia profesi¨®n. En el teatro hab¨ªa muchos argentinos que sin duda reconoc¨ªan tambi¨¦n el malestar y la distancia, y que ovacionaron largamente a todos, seguidos por los dem¨¢s espectadores: fue un ¨¦xito brillante.