La monumental ?pera de la Bastilla se abre al p¨²blico
La obra 'Troyanos', de Berlioz, se presenta ¨ªntegramente en Par¨ªs por primera vez
Unos 2.800 espectadores asistir¨¢n en la tarde de hoy a la inauguraci¨®n definitiva del nuevo palacio parisiense del arte l¨ªrico, la monumental, futurista y controvertida ?pera de la Bastilla. El espect¨¢culo escogido para el bautizo de esta criatura arquitect¨®nica apadrinada por el presidente franc¨¦s, Fran?ois Mitterrand, es la ¨®pera Troyanos, de H¨¦ctor Berlioz. Esta obra, de cuatro horas y 26 minutos de duraci¨®n, cuya partitura pesa ocho kilos, nunca hab¨ªa sido representada ¨ªntegramente en Par¨ªs.
La apertura al p¨²blico de la ?pera de la Bastilla debe suponer el fin de ocho a?os de una pol¨¦mica tan colosal como el nuevo edificio, una disputa que ha implicado a pol¨ªticos, arquitectos, urbanistas, m¨²sicos y espectadores.El acto de hoy es la culminaci¨®n de una idea adoptada con entusiasmo por Fran?ois Mitterrand en el oto?o de 1981, al poco de acceder por primera vez a la jefatura del Estado. Mitterrand quer¨ªa construir un edificio que reemplazara al viejo palacio Garnier, sede hist¨®rica de la ?pera de Par¨ªs, dedicado en exclusiva a la danza a partir de la presente temporada.
Seg¨²n el deseo del primer presidente socialista de la V Rep¨²blica Francesa, se trataba de levantar la primera ¨®pera parisiense del siglo XX y de proyectar su uso hacia el siglo XXI. La f¨®rmula de Mitterrand fue: "Quiero para Par¨ªs una ¨®pera moderna, confortable y rentable". ?se es el credo del director de la instituci¨®n que va a ser inaugurada esta tarde: "La Bastilla", dice Pierre Berg¨¦, "ha sido hecha para aquellos que no iban nunca a los conciertos".
La construcci¨®n del nuevo templo musical comenz¨® en 1984 en un solar de alto contenido simb¨®lico: el de la prisi¨®n destruida durante la Revoluci¨®n Francesa; el mismo donde el 10 de mayo de 1981 la izquierda francesa celebr¨® la victoria electoral de Mitterrand. Gerard Charlet, Carlos Ott y Michael Dittmann han sido los padres arquitect¨®nicos de la ?pera de la Bastilla, cuyo coste total se ha elevado a 40.000 millones de pesetas.
Pegada pared con pared al edificio del c¨¦lebre restaurante La Tour d'Argent, la arquitectura exterior de cristal y cemento de la ?pera de la Bastilla no est¨¢ muy conseguida, al decir de la mayor¨ªa de los cr¨ªticos franceses.
Hay, en cambio, acuerdo casi general en se?alar que el interior del edificio, con m¨¢rmol pulido, piedra calc¨¢rea, madera de peral, moqueta gris, iluminaci¨®n intimista, una escultura de Niki de Saint-Phalle y un cuadro de Riopelle, es suntuoso y c¨®modo. Teresa Berganza ha sido una de las pocas voces cr¨ªticas respecto al interior. La artista espa?ola lo ha encontrado "muy grande y totalmente desprovisto de color y calor".
El punto fuerte de esta creaci¨®n mitterrandiana es el delirio tecnol¨®gico. La ¨®pera de la Bastilla es una aut¨¦ntica f¨¢brica de espect¨¢culos concebida para dar entre 250 y 300 representaciones al a?o. Una vez pasada la etapa de rodaje ser¨¢ capaz de proponer una velada con Carmen, la siguiente con Salom¨¦, la tercera con Otelo y as¨ª hasta seis ¨®peras diferentes cada semana.
Los decorados de la ¨®pera de la Bastilla se desplazan autom¨¢ticamente en cuesti¨®n de segundos, y un complejo sistema de elevadores permite cualquier audacia esc¨¦nica. La ac¨²stica de la inmensa sala es un puro producto de laboratorio inform¨¢tico. Seg¨²n Andrea Giorgi, jefe de los coros, tiene "la perfecci¨®n sonora de un disco compacto".
Troyanos, de Berlioz, ser¨¢ un espect¨¢culo a la medida de la ocasi¨®n. Contando el entreacto, la representaci¨®n durar seis horas. La ¨®pera movilizar¨¢ 600 trajes, 127 coristas, el caballo de Troya, una gran galera y un reparto de cantantes esencialmente franc¨¦s, con dos perlas negras, Grace Bumbry en el papel de Casandra y Shirley Verret en el de Dido.
"Me gustan los golpes de efecto, que el p¨²blico reciba un espect¨¢culo digno del dinero que paga", afirma Pierre Berg¨¦. El p¨²blico pagar¨¢ por sus entradas entre 800 y 7.000 pesetas, algo menos que en la antigua ¨®pera del Palacio Garnier.
Babelia
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