El filme 'Creadores de sombras' indaga en la compleja personalidad de Robert Oppenheimer
El creador de la bomba at¨®mica protagoniz¨® el m¨¢s tr¨¢gico dilema ¨¦tico de nuestra ¨¦poca
Julius Robert Oppenheimer, Oppy para sus colegas y alumnos de Berkeley, adinerado jud¨ªo neoyorquino de origen alem¨¢n nacido en 1904, protagoniz¨® el gran dilema ¨¦tico del aprendiz de brujo: genio v¨ªctima de su genialidad, creador de la bomba at¨®mica, artefacto ole destruccin que destruy¨® su vida, Oppenheimer luch¨® con ah¨ªnco contra su propia obra, en un desgarro personal de intenso dramatismo. Mente portentosa e hipersensible a las convulsiones sociales del ecuador del siglo, fue escrupulosamente leal a Estados Unidos, pero su conciencia, herida por la culpa que anid¨® en ella tras el infierno de Hiroshima, le hizo negarse a crear la bomba de hidr¨®geno. Y el h¨¦roe at¨®mico de Creadores de sombra se convirti¨® en un apestado oficial, en cuyo proceso se manej¨®, para uso de la l¨®gica pol¨ªtica y la jurisprudencia de su pa¨ªs, la deforme y bestial idea estaliniana de traici¨®n por pensamiento.
El Proyecto Manhattan, del que salieron los dos artefactos que barrieron la vida en Hiroshima y Nagasaki, tuvo lugar en un inh¨®spito lugar de Nuevo M¨¦xico llamado Los ?lamos, entre mediados de 1942 y la ma?ana del 6 de agosto de 1945, fecha del primer holocausto nuclear.Su director militar fue el general Leslie Groves, constructor del Pent¨¢gono, y su director cient¨ªfico Oppenheimer, con un equipo al que pertenecieron Edward Teller (futuro constructor de la bomba de hidr¨®geno), Haris Bethe, Klaus Fuchs, lsaac Rabi y otros f¨ªsicos de primera magnitud, la mayor¨ªa jud¨ªos de origen centroeuropeo, que en dos a?os de febriles trabajos -entre los que, seg¨²n oscuras filtraciones, se hicieron experimentos de inyecciones de uranio en cobayas humanos- este equipo se adelant¨®, gracias a los audaces m¨¦todos de Oppenheimer, a los intentos alemanes y sovi¨¦ticos de hacer manejable la Fisi¨®n nuclear, descubierta en Berl¨ªn en 1939 por Otto Hahn y Fritz Strassman. Partiendo de ah¨ª, Manhattan se cerr¨® semanas antes del alba mortal de Hiroshirna.?Fue necesario experimentar neg¨® en rotundo, tras participar en la fabricaci¨®n de Fat Man y Little Boy, nombres cari?osos de los artefactos lanzados, tal necesidad. Su frase: "Tengo las manos manchadas de sangre, se?or presidente", ofendi¨® a Harry Truman, que hizo suya la paternidad de la matanza y orden¨® que no trajeran nunca. m¨¢s ante ¨¦l a aquel contradictorio individuo.'Traici¨®n por pensamiento'
La grieta ¨ªntima que el resultado de su obra abri¨® en su conciencia hicieron a Oppenheimer negarse a fabricar la bomba H. Y comenz¨® su calvario. Denunciado por Teller, cient¨ªfico-halc¨®n que sugiri¨® la utilidad de experimentar la bomba en Mosc¨², el Comit¨¦ de Energ¨ªa At¨®mica, en Washington, inici¨® -apoyado en un memorandum del senador William Borden y el director del FBI Edgar Hoover- la indagaci¨®n de la traici¨®n de Oppenheimer.
La investigaci¨®n comenz¨® el 12 de abril de 1954, en un despacho del edificio T del edificio del Congreso. Se proces¨® all¨ª a un intocable h¨¦roe nacional y se investig¨® con minuciosidad -reconstruida por el dramaturgo Heinar Kippliardt en El caso Oppenheimer- actos e incluso ideas suyas, hasta el punto de que tuvo que dar cuenta de su relaci¨®n con una militante comunista -Jean Tatlock, que se suicido a?os antes- e incluso de sus m¨¢s rec¨®nditos pensamientos ¨ªntimos, incluidos algunos no conscientes.La Comisi¨®n, aunque espoleada por un alegato del senador McCarthy pidiendo su cabeza, no os¨® declarar objetivamente traidor a Oppenheimer, pero en su lac¨®nica conclusi¨®n del 29 de junio de 1954 se lee esta sorprendente conclusi¨®n: "Lo m¨¢s probable (sic) es que Oppenhelmer no sea esp¨ªa agente de la Uni¨®n Sovi¨¦tica", indescifrable sentencia, superada por la argumentaci¨®n del acusador Gray: "Hay una forma de traici¨®n no prevista por nuestras leyes, la traici¨®n por pensamiento, originada en los estratos profundos de la personalidad y que convierte en desleales los actos de una persona incluso contra la voluntad de quien los realiza". Deducci¨®n literal de la demente filosof¨ªa jur¨ªdica de Andrei Vichinski, fiscal de Stalin, sobre la que se vertebraron los procesos de Mosc¨².
La investigaci¨®n condujo al exilio interior de Oppenheimer, al que se priv¨® de su c¨¦dula de investigador y fue desterrado a su despacho universitario por una orden del presidente Eisenhower. Kennedy intent¨® rehabilitarlo. No tuvo tiempo: una bala texana se lo impidi¨®. Su sucesor, Lindon Johnson, quiso hacerlo en diciembre de 1963, pero Oppenheimer rehus¨® la revisi¨®n de su proceso. Un c¨¢ncer de laringe minaba su cuerpo. Muri¨® en 1967, en Princeton, luchando hasta el fin contra las consecuencias de su gloria.
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