Raquel, Mohamed y el rabino

Raquel ten¨ªa 32 a?os aquel d¨ªa de noviembre de 1988 en que descubri¨® que estaba embarazada de Mohamed. Raquel y Mohamed eran de origen marroqu¨ª, viv¨ªan en Par¨ªs y estaban enamorados. Sin embargo, les separaba una cuesti¨®n que Raquel consider¨® muy importante para el porvenir de su hijo: ella era jud¨ªa; ¨¦l, musulm¨¢n. As¨ª comenz¨® una triste historia que prueba que en todas partes, cuecen habas, y entre los rabinos ortodoxos, a calderadas.

En primer lugar, Raquel decidi¨® que no pod¨ªa tener aquel hijo y que lo mejor era que Mohamed no se enterara del embarazo. Luego, en un escr¨²pulo de conciencia, decidi¨® tambi¨¦n ir a una sinagoga y contar el caso a un rabino conocido por su ortodoxia. El rabino se escandaliz¨® ante un posible aborto. En cambio, subray¨®, el ni?o era de madre jud¨ªa y por tanto jud¨ªo. Si Raquel no quer¨ªa conservarlo, habr¨ªa que encontrarle una pareja de correligionarios que lo hiciera.El rabino efectuaba frecuentes viajes pastorales a Lyon. En esa ciudad conoc¨ªa a una pareja de dentistas muy practicantes que buscaban adoptar a cualquier precio un beb¨¦ jud¨ªo, lo que les resultaba imposible legalmente al estar prohibido en Francia mencionar la religi¨®n de los ni?os adoptados. Con el apoyo de otro colega lion¨¦s, el rabino convenci¨® a Raquel para que continuara su embarazo y confiara la criatura a la pareja esteril.

Raquel rompi¨® todos los lazos con Mohamed y se instal¨® en casa de los dentistas lioneses. Acudi¨® a las consultas con la identidad de su anfitriona y de este modo di¨® a luz un ni?o, en julio de 1989. La pareja de dentistas inscribi¨® en el ayuntamiento al reci¨¦n nacido como si fuera su hijo. Raquel emprendi¨® un largo viaje a Estados Unidos.

Todo hubiera sido perfecto si los rabinos no hubieran olvidado una de las componentes del alma jud¨ªa: el remordimiento. A su regreso a Paris, Raquel cont¨® toda la verdad al at¨®nito Mohamed, y este se empe?¨® en recuperar a su hijo. Raquel lo intent¨® por las buenas, pero sus s¨²plicas a los rabinos y la pareja adoptiva fracasaron. Finalmente, confes¨® en una comisar¨ªa de Lyon.

Los dos rabinos han sido procesados como inductores del delito de adopci¨®n ilegal. Raquel, tambi¨¦n. La situaci¨®n de los padres adoptivos est¨¢ a¨²n en el aire. Estos han expresado al juez su "estupor" al saber de que el verdadero padre del ni?o es un musulm¨¢n. No saben si volver¨¢n a aceptar el beb¨¦ en el caso de que el juez decida volver a confi¨¢rselo. De los sentimientos de Mohamed nadie habla. Entretanto, el beb¨¦, est¨¢ en un orfelinato lion¨¦s, esperando que la justicia decida su futuro.