El Madrid gan¨® al Estudiantes en un horroroso partido
Real Madrid y Estudiantes parec¨ªan ayer capacitados para fabricar cualquier tipo de desenlace, vistas las trazas que visti¨® el partido nada m¨¢s dar comienzo: el espect¨¢culo m¨¢s horroroso y desordenado que han ofrecido conjuntamente ambos. El juego sigui¨® un gui¨®n espor¨¢dico, tan desordenado que resultaba imprevisible adivinar cu¨¢l era la mejor t¨¢ctica a seguir en cada momento. El marcador iba en consonancia, era quiz¨¢s el elemento m¨¢s ajustado. de un 11 -0 se pas¨® a un 16-23, de ah¨ª a un 26-23. S¨®lo en la segunda parte pudo atisbarse un tibio dominio madridista, pero tan inestable que pod¨ªa disolverse ante un par de acciones del Estudiantes.Los jugadores respondieron, en todo momento, seg¨²n indescifrables rachas, lo que dificultaba el marcaje. Villalobos, por ejemplo, se mantuvo a cero en toda la primera mitad, pero reapareci¨® con dos triples consecutivos en la segunda, lo que debi¨® sorprender a su marcador que ten¨ªa razones para pensar que le hab¨ªa tomado la medida; de igual manera respond¨ªa Ant¨²nez, con tres triples consecutivos, cuando pod¨ªa especularse con que estaba presto a sentarse en el banquillo. Pedro Rodr¨ªguez, un jugador de escasa aportaci¨®n ofensiva, lleg¨® a colocarse entre los mejores de su equipo con canastas incre¨ªbles y un gancho sobresaliente. Los rebotes quemaban, las asistencias eran injuriosas, la resoluci¨®n de sencillas jugadas terminaba en un laberinto de piernas y manos.
En esas circunstancias, el Madrid no encontr¨® otro amparo que la facilidad anotadora -facilidad en cualquier caso discutible- de Frederick, convertido en el gran beneficiado del entuerto con 33 tantos en su anotaci¨®n particular. Pero Frederick tambi¨¦n actu¨® seg¨²n un ritmo discontinuo: de pronto hac¨ªa ocho tantos como se jubilaba de la ofensiva durante cinco minutos. Esa referencia, sin embargo, le falt¨® al Estudiantes que, en cuanto cumpli¨® su turno Ant¨²nez con los triples, vio -c¨®mo el partido se le escapaba. A final fue Cargol, nuevamente, quien dio respiro con un triple al Madrid, lo que impidi¨® un final dram¨¢tico. Dram¨¢tico porque ambos equipos estaban dispuestos a herir la sensibilidad de cualquier aficionado que se precie.
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