Un reparto salom¨®nico del poder acaba por ahora con la crisis socialista francesa
JAVIER VALENZUELA Un reparto salom¨®nico de la direcci¨®n de? partido puso t¨¦rmino provisionalmente en la madrugada de ayer a la lucha por el poder desencadenada en el congreso de Rennes entre los dirigentes del Partido Socialista (PS) franc¨¦s. El presidente Fran?ois Mitterrand tuvo finalmente que intervenir para conseguir que los l¨ªderes socialistas que se disputan su sucesi¨®n acordaran lo que la agencia AFP llam¨® "armisticio en la guerra de los elefantes".
Los llamados elefantes del PS necesitaron 12 horas de consecutivas negociaciones en la sede parisiense de la calle de Solferino para llegar a un compromiso, una s¨ªntesis, en su propio lenguaje, entre las diversas corrientes que luchaban por la direcci¨®n de la organizaci¨®n. Acordaron seguir manteniendo a Pierre Mauroy como primer secretario general del PS y repartir proporcionalmente a las fuerzas respectivas los otros puestos de direcci¨®n entre los partidarios de Lionel Jospin, Laurent Fablus y Michel Rocard.El t¨¢ndem formado por Pierre Mauroy y Lionel Jospin sigue conservando as¨ª en la figura del primero de estos hombres la direcci¨®n formal del partido. Un hombre de Fabius accede a la posici¨®n de n¨²mero dos del PS Los secretariados generales son repartidos de forma equitativa: cuatro para Jospin, tres para Fabius, tres para Rocard, uno para Poperen y otro para Chev¨¦nement. En ese inestable compromiso debe verse la mano del propio Mitterrand, a trav¨¦s del ministro de Asuntos Exteriores, Roland Dumas, neutral en la guerra de los herederos.
En las horas que precedieron al acuerdo de la calle de Solferino, Dumas tuvo que invocar repetidamente el nombre de Dios -apelativo con el que es conocido Mitterrand entre los suyos y usar toda su sabidur¨ªa diplom¨¢tica a fin de apaciguar los ¨¢nimos de los dirigentes. Un primer comentario de France Presse calific¨® de "empate a cero goles" el compromiso de la calle de Solferino. Julien Dray, un joven diputado pr¨®ximo a Fabius, emple¨® la expresi¨®n "Yalta de los elefantes". El equilibrio encontrado en la madrugada de ayer es muy delicado. Mauroy contin¨²a formalmente al frente del PS; Jospin impide a Fabius tomar el control de la organizaci¨®n; Fabius coloca a uno de los suyos en una buena segunda posici¨®n y ve oficialmente reconocida su propia corriente.
No hubo que recurrir al tercer hombre ni al arbitraje del primer ministro, Michel Rocard, entre las diferentes camarillas mitterrandistas. A Rocard, esta soluci¨®n le quita un peso de encima.
Los elefantes del PS afirmaron ayer ser conscientes del desastroso efecto en la opini¨®n del fracaso de su congreso en Rennes y el espect¨¢culo de lucha de ambiciones en los ¨²ltimos d¨ªas.
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