Protesta popular en el Prado por el adelanto del cierre de la exposici¨®n 'Vel¨¢zquez'
A medianoche se produjo una concentraci¨®n espont¨¢nea ante las puertas del museo
La noticia, facilitada por el director del museo, Alfonso P¨¦rez S¨¢nchez, y retransmitida por diversos medios de comunicaci¨®n, de que en su ¨²ltimo d¨ªa la exposici¨®n Vel¨¢zquez estar¨ªa abierta mientras acudiera gente a visitarla motiv¨® ayer una protesta que se prolong¨® a lo largo de la noche, al no cumplirse lo anunciado. Primero, unos doscientos ciudadanos que a las 21.05 encontraron la entrada cerrada lograron con sus presiones que abrieran de nuevo el acceso a la exposici¨®n hasta las 22.30. A partir de ese momento cerraron definitivamente, pero los problemas continuaron, ya que otras personas dejaron ver su decepci¨®n al no poder entrar.
La noticia facilitada por Alfonso P¨¦rez S¨¢nchez antes de iniciar un viaje a Canarias, confirmaba lo que muchos esperaban, que el ¨²ltimo d¨ªa de la exposici¨®n que ha movilizado el inter¨¦s de m¨¢s de medio mill¨®n de personas, y que cuenta con el mejor conjunto de cuadros de Vel¨¢zquez nunca exhibido en Espa?a, el horario para visitarla ser¨ªa extraordinariamente flexible, o como el mismo P¨¦rez S¨¢nchez afirm¨®, todo el que quisiera acudir podr¨ªa hacerlo, hasta altas horas de la noche.Esta noticia, que fue recogida por la gran mayor¨ªa de los medios de comunicaci¨®n, fue confirmada anoche a este peri¨®dico por Pura Ramos, jefe de prensa del museo. Ni Alfonso P¨¦rez S¨¢nchez, director, ni Manuela Mena, subdirectora, pudieron ser localizados antes del cierre de esta edici¨®n.
El primer cierre de la noche se produjo en torno a las nueve cuando parec¨ªa que ya no iban a formarse m¨¢s colas. Los guardias de seguridad cerraron el acceso en presencia del gerente del museo, Agust¨ªn Mart¨ªn, entre los aplausos del personal y las caras at¨®nitas de los ¨²ltimos en acceder al recinto. La insistencia del p¨²blico que golpeaba las puertas con sus paraguas motiv¨® la reapertura hasta pasadas las 10.30 de la noche.
A lo largo de la tarde los servicios de seguridad, formados por miembros de la Guardia Civil y empresas privadas, no daban cr¨¦dito a sus ojos. Bajo una lluvia persistente las colas segu¨ªan form¨¢ndose, creciendo, dando las mismas vueltas de otros d¨ªas alrededor de los tenderetes de patatas fritas, cacahuetes, pipas, y la iniciativa empresarial del d¨ªa: los paraguas. "Si esto termina antes de las doce de la noche, vamos bien", coment¨® un guardia de enhiesto bigote a otro de gafas empa?adas, cara seria y capucha completamente empapada. Y el primer cap¨ªtulo termin¨® antes de las doce. Exactamente a las 21.00.
Minutos despu¨¦s, "ante las presiones recibidas por el p¨²blico que se agolpaba en las puertas", seg¨²n declar¨® anoche un empleado de seguridad del museo, se volvi¨® a abrir. El cierre definitivo lleg¨® a las 22.30, sin que los sucesivos grupos que continuaban llegando recibieran ning¨²n tipo de explicaci¨®n.
Reclamaciones
A las doce de la noche, unas cuarenta personas continuaba a las puertas del museo gritando, ?queremos entrar!, y tomando el acuerdo de acudir juntos el martes para pedir el libro de reclamaciones.Con la clausura de la exposici¨®n han concluido 67 d¨ªas de colas, pasillos saturados de visitantes, tensi¨®n por las posibles incidencias, y sobre todo los trabajos forzados "a los que estuvieron sometidos los compa?eros que vend¨ªan los cat¨¢logos", coment¨® una funcionaria.
Los ¨²ltimos en entrar por la rendija que los guardianes del tesoro forzaban cada vez m¨¢s estrecha, se vieron envueltos en un momento hist¨®rico que iba m¨¢s all¨¢ de lo que ellos hab¨ªan previsto: No s¨®lo ver¨ªan La Venus del espejo, sino que eran los elegidos por un azar apresurado para ser los que sobrepasando el medio mill¨®n de personas pudieran hacerlo sin visitar la National Gallery de Londres. A los que quedaron en la calle no les cupo sino ejercer el derecho al pataleo.
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