Dos a?os antes

Los ORGANIZADORES de los Juegos Ol¨ªmpicos de Barcelona reciben hoy a la c¨²pula del Comit¨¦ Ol¨ªmpico Internacional (COI) tras una intensa actividad destinada a presentar las realizaciones y proyectos en perfecto estado de revista, conscientes de lo que se juegan con esta visita. Se juegan, sobre todo, el clima en que van a desarrollar su trabajo en los pr¨®ximos meses, pues el presidente del COI, Juan Antonio Samaranch -que preside la delegaci¨®n-, ha expresado en algunas ocasiones su preocupaci¨®n sobre la marcha del proyecto; y al mismo tiempo la pol¨¦mica inauguraci¨®n del estadio Ol¨ªmpico, el pasado mes de septiembre, todav¨ªa planea sobre la opini¨®n p¨²blica mundial.Hay que reconocer que desde entonces se ha avanzado bastante. El Anillo de Montjuic (estadio, palacio de deportes y centro de comunicaciones) est¨¢ m¨¢s adelantado que cualquier otro complejo Ol¨ªmpico respecto al calendario de los Juegos, y est¨¢ encauzado el problema de la lluvia en el estadio, aunque habr¨¢ que calibrar la definitiva soluci¨®n para un aforo suficiente el d¨ªa de la inauguraci¨®n. La Villa Ol¨ªmpica se construye al ritmo previsto, y otro tanto sucede con la mayor parte del resto de las instalaciones. Todo eso funciona, y muy bien.

Va muy mal, sin embargo, la soluci¨®n para los infames accesos a la ciudad: las famosas pata norte y pata sur del Segundo Cintur¨®n est¨¢n retrasadas, y el acceso a la monta?a de Montjuic deber¨¢ hacerse a la pata coja si no hay una soluci¨®n en ¨²ltimo extremo, mediante un ramal de metro o similar; en el plazo previsto est¨¢ la ampliaci¨®n, en discutible pastiche neocl¨¢sico, del aeropuerto. Tambi¨¦n despierta inquietud el asunto del alojamiento, que gener¨® hace un a?o la llamada guerra de los hoteles entre el Ayuntamiento socialista y la Generalitat nacionalista. Son varias las administraciones implicadas en las infraestructuras para accesos y alojamiento. Y deben resolverlas de ra¨ªz, porque este doble problema preocupa no s¨®lo por los eventuales estrangulamientos en el rnomento de los Juegos, sino porque es el tipo de incomodidad que m¨¢s repercute en la imagen y en la opini¨®n internacional. Otras cuestiones sensibles, menos urgentes pero que habr¨¢ que ir perfilando al mil¨ªmetro, son las relativas a la organizaci¨®n y a las ceremonias de inauguraci¨®n y clausura.

En pocos d¨ªas se han producido varias noticias en el ¨¢mbito institucional y pol¨ªtico que despejan algunas de las inc¨®gnitas: la consolidaci¨®n del equipo organizador: -al que anteriormente se quiso superponer una nueva instancia ejecutiva-; el mayor compromiso del Gobierno mediante la creaci¨®n de una comisi¨®n delegada al m¨¢s alto nivel; el inicio de conversaciones entre Jordi Pujol y Pasqual Maragall tras dos a?os de ausencia de di¨¢logo, y el mejor trato dispensado por los organizadores del COOB a Samaranch, sin cuyo concurso es poco imaginable un buen resultado de los Juegos, son algunas de las novedades.

Ya s¨®lo es preciso que los distintos responsables del evento sigan dando muestras de responsabilidad y avancen por la senda de una nueva pax ol¨ªmpica. Y que no se repitan las escaramuzas dial¨¦cticas, las zancadillas pol¨ªticas, el menosprecio p¨²blico y el descricuentro t¨¦cnico gratuito entre instituciones y personas cuya funci¨®n debe ser cooperar, y no entorpecerse mutuamente.