Almacenes de muertos vivientes

La prisi¨®n de Strangeways ejemplifica los males de la mayor¨ªa de la c¨¢rceles brit¨¢nicas: superpoblaci¨®n, carencia de la m¨¢s m¨ªnima infraestructura y falta de personal. Es ir¨®nico que este estallido de ira en Manchester se haya producido poco d¨ªas despu¨¦s de que el inspector de prisiones, Stephen Tumim, dijera que las situaci¨®n iba a mejor, aun reconociendo las grandes fallas del centro.A los amotinados les tra¨ªa sin cuidado lo c¨®modos que se iban a encontrar dentro de un par de a?os, cuando, conforme a los planes del Gobierno, deber¨ªa desaparecer el problema de la saturaci¨®n en los centros penitenciarios de las islas. En la actualidad -y aun para los patrones victorianos conforme a los que se construy¨® la c¨¢rcel en 1868-, los internos estaban sometidos a condiciones infames. Algo m¨¢s de 1.600 presos ocupaban plazas pensadas para menos de 1.000, con tres internos recluidos en lo que deb¨ªan haber sido 82 celdas individuales. Una ducha a la semana era lo habitual en Strangeways, donde los presos m¨¢s peligrosos permanec¨ªen encerrados hasta 23 horas al d¨ªa. S¨®lo recientemente se hab¨ªan ofrecido a los reclusos medios positivos con que matar el tiempo.

La situaci¨®n de Strangeways es la habitual a lo largo y ancho de un pa¨ªs que, con unos 50.000 reclusos, cuenta con un preso por cada 1.100 habitantes. Las c¨¢rceles brit¨¢nicas se han convertido enalmacenes de muertos vivientes, con alta incidencia de suicidios. En 1987 se lleg¨® hasta la cota de 42, la m¨¢s alta de los ¨²ltimos a?os.

Preservativos con drogas

El hach¨ªs y otras drogas han reemplazado al tradicional tabaco como moneda de contrabando entre los presos. Los internos en espera de juicio son la principal v¨ªa por la que la droga entra en la c¨¢rceles. Tienen derecho a recibir una vista diaria, y se ha descubierto en numerosas ocasiones el paso por v¨ªa oral de un preservativo sellado conteniendo droga.

El ano pasado hubo una campa?a para introducir en las c¨¢rceles preservativos con objetivos m¨¢s convencionales, pero el Gobierno rechaz¨® la posibilidad, que pretend¨ªa impedir la extensi¨®n del s¨ªndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA). Datos oficiales indicaban entonces que en las c¨¢rceles brit¨¢nicas hab¨ªa 57 reclusos portadores del virus que produce el SIDA, aunque el Servicio M¨¦dico de Prisiones considera que esa cifra puede ser 10 veces mayor.

El uso de jeringas infectadas para la inyecci¨®n de hero¨ªna es una de las fuentes de transmisi¨®n, que tambi¨¦n tiene que ver con la pr¨¢ctica de la homosexualidad. "Lo que hay que hacer es evitar el sexo anal", dijo entonces un alto funcionario de Interior. "Si entreg¨¢ramos preservativos estar¨ªamos incitando a la gente a practicar un h¨¢bito en el que no deber¨ªan incurrir. Al final, el efecto ser¨ªa contraproducente". Introducir jeringuillas tendr¨ªa id¨¦nticas consecuencias, seg¨²n el mismo responsable.