La reconstrucci¨®n de la Varsovia devastada por la guerra mundial obtiene el Premio Onassis
P¨¦rez de Cu¨¦llar y el Museo Gulandris, galardonados por la fundaci¨®n creada por el magnate griego
Si Arist¨®teles Onassis levantase la cabeza estar¨ªa satisfecho con el marco elegido para la entrega de los premios que llevan su nombre: el antiguo Parlamento de Atenas. All¨ª, con La polonesa de m¨²sica de fondo, ujieres con trajes tradicionales y una mesa presidencial y un hemiciclo repletos de gente importante, el anciano primer ministro, Xenof¨®n Zolotas, de 85 a?os, entreg¨® el Premio Atenas para el Hombre y la Humanidad al secretario general de la ONU, Javier P¨¦rez de Cu¨¦llar, y el Olimpia al Hombre y la Cultura, a Varsovia, por la "ejemplar restauraci¨®n" de la ciudad tras ser destruida por los nazis en la II Guerra Mundial.
El Premio Arist¨®teles al Hombre y la Sociedad fue otorgado al l¨ªder de los indios de la Amazonia brasile?a Ailton Krenak, y el Delfos al Hombre y su Medio Ambiente al Museo Gulandris de Historia Natural.La fundaci¨®n lleva el nombre de Alexander Onassis, hijo del naviero multimillonario fallecido en 1975, que compr¨® a su reto?o la compa?¨ªa a¨¦rea Olimpic Airways para satisfacer su obsesiva afici¨®n a los aviones, en uno de los cuales se estrell¨®, cuando ten¨ªa tan s¨®lo 23 a?os, en circunstancias a¨²n sin aclarar.
Arist¨®teles, tan famoso por sus millones como por su relaci¨®n con la soprano Mar¨ªa Callas o su matrimonio con Jacqueline Kennedy, leg¨® en su testamento la mitad de su fortuna a una instituci¨®n que ten¨ªa como modelo a la que concede los Premios Nobel. Su hija Cristina fue hasta su muerte, ocurrida en Argentina en 1988, presidenta de la fundaci¨®n, en cuyo comit¨¦ internacional figura el espa?ol Manuel Prado y Col¨®n de Carvajal.
Entre los galardonados en ediciones anteriores figuran Desmond Tutu, Harold McMillan, Herbert von Karajan, Sandro Pertini, Amnist¨ªa Internacional y Elisabeth Taylor. El rey Juan Carlos de Espa?a recibi¨® en 1987 la medalla de oro, obra del escultor Ioanis Papas, que la fundaci¨®n reserva para jefes de Estado de especial significancia.
Pu?o y guante
Javier P¨¦rez de Cu¨¦llar, secretario general de la ONU, fue sin duda el gran protagonista del solemne acto. El ex presidente de la Rep¨²blica Federal de Alemania Walter Scheelle le present¨® como un hombre "con pu?o de hierro dentro de un guante de terciopelo", y destac¨® los esfuerzos de mediaci¨®n, tanto personales como de la ONU, para avanzar hacia la soluci¨®n de conflictos como el de Centroam¨¦rica, golfo P¨¦rsico, Namibia o Chipre.El diplom¨¢tico peruano, impecablemente vestido de azul oscuro, con un clavel blanco en el ojal que armonizaba con el color de su pelo, traz¨® en su discurso un sombr¨ªo panorama de la situaci¨®n del planeta y de la p¨¦rdida de las "implicaciones humanas y la dimensi¨®n moral". "Incluso la palabra paz", se?al¨®, "puede convertirse en una abstracci¨®n, una inmensa manta sobre las realidades concretas de dolor y sufrimiento del mundo de hoy".
La capital polaca, Varsovia, recibi¨®, en la persona de su alcalde, Stanislaw Wyganowski, el Premio Olimpia al Hombre y la Cultura, al cumplirse el 50? aniversario de la destrucci¨®n de la ciudad por los nazis durante la II Guerra Mundial, y en reconocimiento "a la ejemplar restauraci¨®n y a la dedicaci¨®n del pueblo polaco a su herencia cultural".
Gaston Thorn, el luxemburgu¨¦s ex presidente de la CE, record¨® que Varsovia fue, despu¨¦s de Gernika, la primera ciudad europea sepultada bajo una "alfombra de bombas". Un destino m¨¢s siniestro esperaba a¨²n a la capital polaca, cuando los nazis completaron su trabajo al reprimir la revuelta del gueto jud¨ªo en 1944: "M¨¢s de 800.000 muertos 20 millones de metros c¨²bicos de escombros, un patrimonio cultural y un potencial humano perdidos para siempre". Pero Varsovia renaci¨® de sus cenizas y, en palabras de Thorn, efectu¨® "una reconstrucci¨®n y una restauraci¨®n internacionalmente reconocidas y admiradas, ( ... ), reconstruyendo fielmente las estructuras hist¨®ricas y los antiguos centros del siglo XV y posteriores. No fue s¨®lo un triunfo del profesionalismo, sino una experiencia fascinante para los arquitectos, los artistas y los artesanos".
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