Los m¨¦dicos, obligados a interrumpir las huelgas de hambre, seg¨²n su nuevo C¨®digo Deontol¨®gico

El m¨¦dico est¨¢ obligado a interrumpir una huelga de hambre o a realizar una transfusi¨®n contra la voluntad del paciente si peligra su salud, seg¨²n el nuevo C¨®digo Deontol¨®gico de la profesi¨®n, presentado ayer por el presidente de la Organizaci¨®n M¨¦dica Colegial Alberto Berguer. El articulado, apenas diferente al redactado hace 11 a?os, mantiene su oposici¨®n a la eutanasia activa, calificada de "homicidio por compasi¨®n", y al aborto, aunque no sancionar¨¢ al m¨¦dico que decida practicarlo legalmente. Como novedad, admite que en ciertos casos los facultativos podr¨¢n vender medicamentos.

El nuevo c¨®digo ?tico ha sido elaborado por una comisi¨®n especial integrada por cinco presidentes de colegios m¨¦dicos de Espa?a, a partir de un informe de la Comisi¨®n Deontol¨®gica de la Organizaci¨®n M¨¦dica Colegial y de la Gu¨ªa M¨¦dica Europea. El pasado 31 de marzo fue refrendado por los representantes de todos los ¨®rganos m¨¦dicos colegiados. El texto se desarrolla en 44 art¨ªculos distribu¨ªdos en 13 cap¨ªtulos.En el cap¨ªtulo sobre reproducci¨®n, respeto a la vida y a la dignidad de la persona, se establece la obligatoriedad de atender al paciente que lo necesite "por intento de suicidio, huelga de hambre o rechazo de tratamiento". "Respetar¨¢ la libertad de los pacientes", a?ade la normativa, "y tratar¨¢ de persuadirlos a que depongan su actitud, aplicando, en situaciones l¨ªmites, previo requerimiento de la autorizaci¨®n judicial, la imprescindible asistencia". Este supuesto, seg¨²n Berguer esta amparado por la Ley General de Sanidad.

Alberto Berguer consider¨® que los casos de huelga de hambre o "ayuno voluntario" , como el mismo los denomin¨®, deben ser tratados de forma individual, tras asegurar que ning¨²n preso de los grapos fue alimentado contra su voluntad. "Una cosa es la actitud pol¨ªtica y otra su comportamiento como pacientes", matiz¨®. "No puede decirse que los grapos actuaran con libertad ya que cuando no estaban presionados por sus familiares o abogados, muchos de ellos pidieron que les inyect¨¢ramos algo para no morir de inanici¨®n", a?adi¨®.

En igual situaci¨®n estar¨ªan los testigos de Jehov¨¢ que rechazan las transfusiones sangu¨ªneas por motivos religiosos. "SI ellos acuden a nosotros, por ejemplo en caso de accidentes, deben atenerse a nuestro propio c¨®digo de conducta", afirm¨® el presidente de los colegios m¨¦dicos. El c¨®digo ¨¦tico elimina la prohibici¨®n de practicar esterilizaciones, pero mantiene su rechazo a la pr¨¢ctica del aborto, en contra de la opini¨®n de m¨¢s del 50% de los espa?oles que se vienen declarando partidarios en distintas encuestas. "Los m¨¦dicos lo tenemos muy claro: la vida humana empieza en el momento en que se fecunda el ¨®vulo" aleg¨® Berguer.

Recurso contra el Insalud

Al tiempo que defendi¨® la libertad de los facultativos para practicar abortos dentro de la legalidad vigente, Alberto Berguer anunci¨® que la Organizaci¨®n Medica colegial recurrir¨¢ ante los tribunales la decisi¨®n del Insalud de prohibir la objeci¨®n de conciencia a los profesionales que se integren en las Unidades de Reproducci¨®n. "Si los pol¨ªticos no han querido regular la objeci¨®n de conciencia, no tienen derecho a hacernos renunciar a ella", afirm¨®.

El texto elaborado por el ¨®rgano colegial define la eutanasia activa como un "homicidio por compasi¨®n" y mantiene frente a ella una oposici¨®n frontal, incluso cuando la solicite el propio enfermo o sus familiares. El m¨¦dico s¨ª debe aliviar los dolores f¨ªsicos y morales de un enfermo terminal, no alargando inutilmente su vida por mecanismos artificiales, lo que Berguer denomin¨® "aberrante encarnizamiento terap¨¦utico".

En este aspecto el nuevo c¨®digo tambi¨¦n choca con la opini¨®n mayoritaria de la sociedad. En un estudio elaborado durante 1989 por el Centro de Investigaciones Sociol¨®gicas (CIS) el 53% de los espa?oles defendieron el derecho a la libre decisi¨®n del paciente frente a la eutanasia, y un 60% se de clararon partidarios de la eutanasia activa o pasiva en el caso de que recaiga en el m¨¦dico la responsabilidad de practicarla.