Comicidad sin gracia

Tutti frutti -s¨¢bados por la noche, en Tele 5- tiene su base en la pareja Cruz y Raya -j¨®venes- y ¨¦stos buscan la comicidad por la imitaci¨®n y la parodia: como todo el mundo. Cierto que estamos en un momento de personajes pintorescos: algunos -los del espect¨¢culo- hacen ya caricaturas de s¨ª mismos en lo que consideran un estilo -Jos¨¦ Mar¨ªa Garc¨ªa, Hermida, Lola Flores...- y otros, en cambio, resultan pintorescos solamente porque la c¨¢mara se detiene frecuentemente en ellos en raz¨®n de su cargo o de su opci¨®n a cargo: Sahag¨²n, su jefe Adolfo Su¨¢rez, (cito los nombres por algunos de los imitados el s¨¢bado pasado). Cruz y Raya no salen del t¨®pico. Ni del retazo de otras cosas,? convenientemente abaratadas y destruidas. Como los mu?ecos Guguq¨²s, terrible nombre para simular lo que un d¨ªa fue gloriade la televisi¨®n, las Spitting image. Pero aquello era humor ingl¨¦s y esto es chapuza espa?ola. Algo parecido ocurre con la c¨¢mara oculta, que tuvo aqu¨ª maestros -Summers-, que todav¨ªa aparece con vigor en este programa cuando son retazos extranjeros, y que se deshace en manos de Cruz y Raya y sus colaboradores. No ¨²nicos culpables, porque aparecen en los cr¨¦ditos unos guionistas que resultan ser Gag Madrid, posiblemente una parodia del nombre de Gas Madrid, y ¨¦ste tan terrible como in¨²til juego de palabras explica ya c¨®mo es el programa.Se podr¨ªa decir que es el peor de su g¨¦nero en las televisiones espa?olas si no existieran, por ejemplo, algunos como Pero... ?esto qu¨¦ es? en Televisi¨®n Espa?ola, aun despu¨¦s de una reforma que lo ha hecho a¨²n m¨¢s ingrato. Alguien lo ha citado como digno del Tercer Mundo, lo cual parece denigrante para el Tercer Mundo.

Parece que un pa¨ªs tan humorista, incluso tan c¨®mico como lo es ¨¦ste, en el que no hay conversaci¨®n sin chiste o sin met¨¢fora burlona, est¨¦ produciendo los peores c¨®micos de la televisi¨®n; incluso algunos tan acreditados en el espect¨¢culo en directo, y muchos que son extraordinarios en la radio, quedan tr¨¢gicos en la televisi¨®n porque les van metiendo en la cabeza que es un g¨¦nero aparte, que hay que buscar lo visual de una manera distinta: sin duda, el realizador, los escen¨®grafos y el vestuario colaboran en su desastre.