Una opci¨®n de progreso
Cuando, en el verano del a?o pasado, los sindicatos nos propusimos elaborar un conjunto de objetivos b¨¢sicos, lo hicimos por varias razones. Una, la necesidad de dotarnos de una visi¨®n estrat¨¦gica para el corto y el medio plazo. Otra, formalizar otro concepto de la concertaci¨®n social basado en la mayor articulaci¨®n de los ¨¢mbitos de la negociaci¨®n colectiva para abordar reformas estructurales imprescindibles porque los acuerdos globales -a dos o tres bandas- son ya cosa del pasado. Y un motivo destacado fue, en definitiva, elaborar un conjunto de medidas concretas y perfectamente alcanzables que sean, a la vez, un impulso para la movilizaci¨®n de los trabajadores y para reforzar la unidad de acci¨®n entre los sindicatos.Como consecuencia de todo ello naci¨® la Propuesta sindical prioritaria, en la que UGT y CC OO hemos plasmado 20 medidas relacionadas con el empleo, la protecci¨®n social, el reparto de la riqueza y la democracia industrial, con el fin de acercarnos a la Europa comunitaria en todos esos campos, en los que registramos un considerable retraso.
A pesar de las resistencias que ha tenido, la PSP se ha abierto camino. El esfuerzo de popularizaci¨®n entre los trabajadores realizado por los sindicatos ha sido importante y, como consecuencia, es creciente el reconocimiento de su valor para la acci¨®n sindical. La PSP ha tenido una importante presencia en la negociaci¨®n colectiva; ha permitido acuerdos con el Gobierno que implican un avance considerable en cuestiones como las pensiones, el derecho a la negociaci¨®n colectiva de los empleados p¨²blicos, la cl¨¢usula de revisi¨®n para ¨¦stos y para los pensionistas, etc¨¦tera. Y ha dado dinamismo y coherencia a la negociaci¨®n en las comunidades aut¨®nomas.
Estamos satisfechos, pues, con los puntos logrados hasta ahora, pero de ninguna manera vamos a dormirnos en los laureles porque todav¨ªa falta lo m¨¢s importante.
Reivindicaciones
Por esta raz¨®n hemos querido dar a este Primero de Mayo de 1990 -la jornada reivindicativa de los trabajadores y trabajadoras- el car¨¢cter n¨ªtido de apoyo y reafirmaci¨®n plena de la PSP, cuya segunda fase se comenzar¨¢ a negociar los pr¨®ximos d¨ªas.
La celebraci¨®n del Primero de Mayo habr¨¢ cumplido plenamente su cometido si logramos extender m¨¢s entre la clase trabajadora la plena conciencia de que es fundamental llevar adelante las reivindicaciones de la PSP todav¨ªa no conseguidas. Porque, en realidad, la PSP, en cuanto implica la plasmaci¨®n del giro social, es la gran alternativa sindical frente a determinadas medidas negativas para los trabajadores y sectores m¨¢s desfavorecidos.
La llamada pol¨ªtica de enfriamiento de la econom¨ªa est¨¢ comenzando a producir algunas consecuencias negativas, como ya hab¨ªamos anunciado y temido. El paro sigue siendo inadmisiblemente elevado en momentos en que la creaci¨®n de empleo, como consecuencia de las restricciones monetarias, comienza a ralentizarse.
Junto a las medidas positivas acordadas con los sindicatos se producen fuertes restricciones en los Presupuestos Generales del Estado para 1990 que afectan a servicios p¨²blicos, como la sanidad, en los que es m¨¢s necesario el esfuerzo solidario de todos los ciudadanos.
Convenientemente arropado por el Fondo Monetario Internacional y la CEOE, el Ministerio de Econom¨ªa parece defender un pacto de limitaci¨®n de los salarios en busca de una competitividad, que no se ha alcanzado, sin embargo, pese a 13 a?os consecutivos de moderaci¨®n salarial. Simult¨¢neamente, se nos anuncia una contrarreforma fiscal regresiva.
Frente a esto, los sindicatos hemos apostado por la modernizaci¨®n del pa¨ªs desde una ¨®ptica de progreso. Consideramos fundamental abordar la creaci¨®n de empleo, no a trav¨¦s del mayor abaratamiento de la mano de obra, sino de medidas como el reparto del trabajo. Estamos plenamente de acuerdo con la necesidad de incrementar la competitividad de la econom¨ªa, pero no mediante el dumping social, sino, precisamente, con medidas tendentes a la estabilidad del empleo, para lo que es menester eliminar la enorme precarizaci¨®n. Poner r¨¢pidamente en vigor el acuerdo Gobierno- sindicatos sobre control de contrataci¨®n y, sobre todo, modificar la laxa normativa vigente es imprescindible. Convencidos de que la mayor competitividad de la econom¨ªa depende, entre otras cosas, de la cualificaci¨®n y la motivaci¨®n de los trabajadores, insistimos en negociar la formaci¨®n profesional, as¨ª como las medidas en favor de las condiciones de vida, y de trabajo. Para ello es menester reformar la obsoleta normativa sobre salud laboral, construir m¨¢s viviendas sociales y hacer esfuerzos para mejorar los transportes p¨²blicos, la sanidad, la ense?anza.
?rganos de control
Tambi¨¦n propugnamos incrementar los derechos de participaci¨®n de los trabajadores, ampliando las competencias de los representantes sindicales, estaableciendo ¨®rganos de control de participaci¨®n sindical en las sociedades y creando comit¨¦s de salud como ¨®rganos paritarios dotados de facultades efectivas.
Y creemos que la eficacia econ¨®mica s¨®lo puede derivar de una mayor justicia social puesta en evidencia, por ejemplo, con una distribuci¨®n m¨¢s equitativa de la carga fiscal y con una ley que permita canalizar una parte de los beneficios empresariales hacia objetivos sociales.
En definitiva, la Uni¨®n General de Trabajadores defender¨¢ con fuerza en las negociaciones pr¨®ximas la Propuesta sindical prioritaria como la gran opci¨®n progresista que el momento actual requiere.
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