Aburrirse est¨¢ prohibido
Expo-Ocio presenta las mil y una maneras de ocupar el tiempo libre
Todo cabe en la palabra ocio. Eso es lo que parecen demostrar los pabellones de Ifema donde se celebra Expo-Ocio, la feria de tiempo libre que cumple este a?o sus 14 primaveras. Inaugurada el pasado 26 de abril, prolonga sus actividades hasta el 6 de mayo. En esta ocasi¨®n, los organizadores han prestado especial atenci¨®n a la tercera edad, para quienes la entrada ser¨¢ gratuita el d¨ªa 3 de mayo. Una de las novedades m¨¢s interesantes de esta edici¨®n es un sector completo dedicado a la fotograf¨ªa, una de las aficiones que m¨¢s adeptos ha ganado en los ¨²ltimos a?os.
Cerca de medio mill¨®n de personas visitar¨¢n este a?o Expo Ocio, seg¨²n las previsiones de los organizadores. La coincidencia del certamen con el gran puente de mayo garantiza la afluencia masiva de p¨²blico al recinto ferial de la Casa de Campo, que ya el pasado fin de semana registr¨® aglomeraciones en los pasillos. "La gente va como en procesi¨®n", explic¨® un chico que se dedica a promocionar un l¨ªquido para la limpieza de los cristales. "Son tantos que unos empujan a los otros y ni nosotros podemos ense?arles, ni ellos pueden ver", dice mientras amablemente limpia las gafas de un posible cliente.
Toda la familia
A la feria se acerca toda la familia. Los ni?os se cuelan por todas partes y tratan de tocar todo lo que se expone en los diferentes pabellones. "Mucho tocar, pero poco comprar", se queja una mujer que atiende un puesto de artesan¨ªa incaica. Un joven le pregunta el precio de un charango. "?Nueve mil? Un poco caro, ?no?", y se marcha sin comprar nada.A los m¨¢s peque?os les encanta llevarse folletos de todas partes, pero mejor si son globos o gorras de visera. Al cabo de un rato de recorrer los pabellones, van cargados de bolsas y coronados por sombreros de publicidad. "Borja, por favor, deja ese folleto, que no vamos a tener donde meterlos despu¨¦s", dice una mam¨¢ al menor de sus dos hijos, que ha llenado de bolsas a toda la familia.
En el sector dedicado a la fotograf¨ªa, los expositores han forzado la imaginaci¨®n para celebrar que, por primera vez, tiene un espacio en esta feria. "Deber¨ªamos haber estado antes, pero nunca es tarde", dice una rubia azafata mientras controla la cola que hacen unos cuantos ni?os, que quieren ser fotografiados como maestros del f¨²tbol. Un poco mas all¨¢, una pareja de mimo con casco y gafas de espejo intenta dirigir el tr¨¢fico humano que se agolpa para ver las ¨²ltimas novedades en c¨¢maras fotogr¨¢ficas. En otro puesto, los ni?os hacen la pantom¨ªma de los juegos ol¨ªmpicos, pero como no se puede hablar, se r¨ªen en voz baja.
En el pabell¨®n principal, seg¨²n por donde entre, al visitante le puede recibir una inmensa piscina de pl¨¢stico o un ultraligero colgado del techo. Quien piense que s¨®lo sirve para trabajar puede encontrar aqu¨ª mil ideas para ocupar su tiempo libre. Los jubilados, y la gente de la tercera edad en general, tienen un apartado dedicado exclusivamente a ellos, y, para que no se queden en casa, podr¨¢n entrar gratis el pr¨®ximo jueves.
El bricolaje y los autom¨®viles son. dos sectores estrella, sin olvidar la acampada al aire libre o los deportes. Pero tambi¨¦n se pueden ver ba?eras burbujeantes o saunas; chavales coleccionando pegatinas, chicas en patines repartiendo folletos publicitarios, artilugios de limpieza y de cocina, planchas que trabajan sobre la ropa en la percha, pases de modelos, actuaciones de los alumnos de una academia de danza, festival de cortometrajes y de j¨®venes int¨¦rpretes, m¨¢quinas de adivinaci¨®n por las l¨ªneas de la mano o por la firma; aficionados al ajedrez jugando simult¨¢neamente contra un experto, o bien contra un ordenador, tambi¨¦n experto, e incluso un robot llamado Curro y tan chulo como su nombre indica, que se permite vacilar sobre f¨®rmulas qu¨ªmicas con un ingeniero de explosivos.
"Me voy, que ya tengo agujetas", dice un se?or un poco grueso cerca de la salida. Uno de sus amigos vuelve la cabeza y apostilla: "Desde luego, se aburre quien quiere".
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