El coraz¨®n y la cabeza
Que Antoine Vitez ha sido un hombre clave para el teatro franc¨¦s y europeo lo sabemos los que pertenecemos a este oficio. Su s¨®lida formaci¨®n in telectual era un punto de referencia y de consulta para muchos de nosotros. De ¨¦l, de su labor pedag¨®gica en el Con servatoire han salido un par de generaciones de actores, al gunos de los cuales han aprendido de Vitez, para siempre, c¨®mo expresar su riqueza in terior y sus ideas encima de un escenario. Con ¨¦l, desde hace dos a?os, la Com¨¦die Fran?aise, la compa?¨ªa de teatro m¨¢s antigua de Europa, y tal vez del mundo, emprend¨ªa el camin¨® de soltar lastres y vicios y volver a ser un lugar donde la creaci¨®n ocupara el espacio adecuado. Y se ha ido. Hay artistas que dejan hu¨¦rfanos, al menos por un cierto tiempo. Y Vitez es uno de ellos.Su antecesor en la Com¨¦die muri¨® hace dos a?os, m¨¢s o menos por las mismas fechas, de una muerte parecida, casi instant¨¢nea porque tiene que ver con el coraz¨®n y con el cerebro. Y uno no pude dejar de pensar en ello.
El lunes por la noche, Elizabeth, la compa?era de su vida, dec¨ªa "ya no sufre", y me recordaba un d¨ªa en el campo, en casa de Fabi¨¢ Puigserver, que hab¨ªamos pasado con Antoine como un oasis en medio de la tempestad que supone dirigir un teatro p¨²blico. Para Antoine, como para muchos de nosotros, era un deber c¨ªvico y pon¨ªa todas sus potencias en ello. Todas las casas de teatro crecen cuando tienen artistas a la cabeza pero esa gente paga un alto precio. No pude ver ning¨²n ensayo de Galileo Galilei, su ¨²ltimo espect¨¢culo, pero estoy seguro de que Vitez se tomaba los ensayos como una fuga generosa a esa actividad agotadora que supone mantener los teatros como una rep¨²blica art¨ªstica frente a algunos pol¨ªticos a quienes les agrada a veces jugar con el teatro, como si de un juego se tratara.
Puede que la fecha para el descanso de Antoine Vitez estuviera marcada en una estrella desde siempre, pero yo no puedo dejar de pensar en todo esto. Tiene que ver con el coraz¨®n y con la cabeza. Me reconcilio con el destino cuando pienso que las ¨²ltimas palabras en teatro de este hombre positivo y solar fueron las de Galileo-Brepht: "Eppur si muove".
Babelia
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