Argelia, entre el 'chador' y la democracia
La apuesta por el pluralismo de este pa¨ªs ¨¢rabe puede influir en la evoluci¨®n de las naciones lim¨ªtrofes
El viernes 20 de abril decenas de miles de seguidores del principal partido de oposici¨®n, el Frente Isl¨¢mico de Salvaci¨®n (FIS), marcharon sobre el palacio presidencial en Argel. El Frente de Liberaci¨®n Nacional (FLN), en el Gobierno, hab¨ªa decidido a ¨²ltima hora suspender una contramanifestaci¨®n. El FLN puede haber perdido una batalla, y su decisi¨®n ha impedido el espect¨¢culo sin precedentes de dos grupos diametralmente opuestos manifest¨¢ndose de forma abierta y legal en una capital ¨¢rabe el mismo d¨ªa. Pese a todo, Argelia mantiene su audaz apuesta por la democracia.
Los dirigentes del FIS, en particular Abasi Madani y Al¨ª Belhaj, intentan disipar la convicci¨®n creciente entre los argelinos de que sus seguidores han auspiciado la ola de ataques registrados durante el mes de Ramad¨¢n sobre objetivos considerados ofensivos para los musulmanes como discotecas, mujeres divorciadas y mujeres que se niegan a llevar chador (velo). La presencia de los hombres de seguridad del FIS, muchos de los cuales son considerados miembros de la clandestina shorta islamiya -una especie de polic¨ªa propia- y la ausencia de mujeres en la manifestaci¨®n no contribuveron a ahuyentar los temores evocados en Argelia por la actividad del FIS.La apuesta de Argelia en favor de la democracia es observada atentamente por otros pa¨ªses ¨¢rabes, y los acontecimientos en la capital podr¨ªan inclinar la balanza en uno u otro sentido en esas naciones que est¨¢n flirteando con una genuina, aunque limitada, forma de pluralismpo pol¨ªtico, particularmente en T¨²nez. Mientras, la efervescencia pol¨ªtica est¨¢ lejos de haberse limitado a Argel.
El puerto de Or¨¢n, capital de Argelia occidental, ha ocupado m¨¢s de una vez la primera plana de los peri¨®dicos desde principios de a?o. El 11 de febrero, Ahmed Bensad¨²n, presidente de la C¨¢mara de Comercio, anunci¨® que durante una semana 7.000 empresas privadas de aquella zona, que proporcionan una cuarta parte del empleo total, cerrar¨ªan sus puertas. No se trataba de un t¨ªpico lock-out para castigar a trabajadores recalcitriantes. Los empresarios sencillamente pretend¨ªan demostrar su descontento ante la desesperante escasez de materias primas y piezas de recambio, que obliga a muchos de ellos a trabajar a un tercio de su capacidad.
Unas cuantas semanas antes, miles de fundamentalistas musulmanes se hab¨ªan manifestado ante la oficina del wali (gobernador) con el fin de pedir que se prohibiera la venta de bebidas alcoh¨®licas y que se cerraran los burdeles. Sin embargo, Or¨¢n es una ciudad alegre comparada con otras; ciudades argelinas, y en sus night clubs resuena, hasta altas horas de la madrugada, el primitivo ritmo de la m¨²sica rai; las radios de todos los coches y todas Las tiendas de m¨²sica de la ciudad emiten a todo volumen esas melod¨ªas tradicionales. El resurgimiento, a mediados de los a?os ochenta, de la rai, una forma popular de canciones que se remonta a un siglo atr¨¢s, y que, al igual que el flamenco, expresa las penas y alegr¨ªas de la vida, es sintom¨¢tico del deseo que tiene el argelino medio de vivir mejor y de gozar de mayor libertad.
El FMLN pierde poder
Si analizamos retrospectivamente los acontecimientos, observamos que su popularidad ya anticipaba los disturbios que hace 18 meses acabaron con el imperio y la hegemon¨ªa del Frente de Liberaci¨®n Nacional, que hab¨ªa ostentado el, monopolio del poder desde la independencia, en 1962. Desde aquella fecha, la sociedad argelina se ha visto arrastrada por una violenta oleada de debates sobre la forma futura de las instituciones pol¨ªticas y econ¨®micas.La revoluci¨®n agraria, que se pretendi¨® implantar durante dos d¨¦cadas a partir de la independencia, fue pr¨¢cticamente un crimen, llegando como lleg¨® despu¨¦s de 132 a?os de colonialismo franc¨¦s, durante los cuales los franceses expropiaron a los terratenientes nativos. Esto convirti¨® a Argelia, que en 1962 era autosuficiente en el cap¨ªtulo de alimentos, en un pa¨ªs que necesita importar m¨¢s de las dos terceras partes de los alimentos que consume.
Las escasas y lentas reformas puestas en marcha despu¨¦s de la subida al poder de Chadli Benjedid quedaron en nada, aunque proporcionaron a los argelinos mayor libertad. Bajo la ¨¦gida de Kasdi Merbah, entonces ministro de Agricultura, se inici¨® una reforma agraria radical. Pero la productividad en la industria sigui¨® estancada y la fuerza de trabajo expresaba cada vez m¨¢s en¨¦rgicamente su descontento con los privilegios de unos pocos. La crisis de los precios del petr¨®leo en los a?os 1986-1988 redujo a la mitad el poder adquisitivo del pa¨ªs, mientras que los disturbios de octubre de 1988 acabaron finalmente con el mito, fomentado despu¨¦s de 1973 por Belaid Abdessalam, gran amo de la econom¨ªa de aquel momento, seg¨²n el cual su pa¨ªs se convertir¨ªa en el a?o 2000 en el Jap¨®n de ?frica.
Los recientes acontecimientos en Or¨¢n ocurren en un momento en el que los fundamentalistas, entre los cuales los m¨¢s activos se agrupan bajo la bandera del Frente Isl¨¢mico de Salvaci¨®n (FIS) y los grupos que revindican un m¨¢s amplio reconocimiento de la lengua y la cultura berberiscas, no han tardado en darse cuenta de que hoy en d¨ªa la fuerza de la influencia no est¨¢ en el aparato del Estado, sino en las calles.
Amenazas
Los partidarios del FIS han sido muy h¨¢biles a la hora de articular las quejas en temas sociales y econ¨®micos. No dudan en recurrir a las amenazas y a la violencia. Aunque sus l¨ªderes dicen que tales actos son fruto de la inexperiencia, el hecho de que los defensores de la l¨ªnea m¨¢s dura, como Al¨ª Belhajd, equiparen democracia y blasfemia, es harto elocuente. Las mujeres son las principales v¨ªctimas de la agresi¨®n, porque se niegan a aceptar el limitado punto de vista que los activistas del FIS pretenden imponerles.A pesar de los espor¨¢dicos actos de terrorismo perpetrados desde octubre de 1988, los argelinos han gozado de mayor libertad de expresi¨®n en la radio, la televisi¨®n y la Prensa escrita. No obstante, el presidente Chadli Benjedid puso de manifiesto su convicci¨®n de que la libertad de expresi¨®n, de prensa y de creaci¨®n de partidos pol¨ªticos, que ahora est¨¢ en alza, va necesariamente unida a un cambio radical en la gesti¨®n econ¨®mica que el Gobierno trata de promover.
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