Los favoritos eligieron la segunda etapa de Monta?a como escenario de su primera batalla
Los favoritos de la Vuelta eligieron ayer la duod¨¦cima etapa, entre el Alto de San Isidro y el Alto del Naranco, como escenario de su primera batalla. El resultado fue un bot¨ªn exiguo en beneficio de Indur¨¢in y Delgado (Banesto) y Gast¨®n (Clas): 5 segundos respecto a Pino (Seur), 8 segundos respecto a Fuerte (ONCE) y Parra (Kelme) y 11 segundos m¨¢s sobre Rominger (Chateau D'Ax). Los guarismos delatan la tremenda igualdad en la que se desarrolla por el momento la carrera. El ganador de la etapa fue el colombiano Alberto Camargo (Caf¨¦ de Colombia), que lleg¨® en solitario a la meta. El italiano Marco Giovannetti conserva el liderato.
El jurado de la prueba decidi¨® tomar en consideraci¨®n la protesta del equipo de la ONCE y situ¨® a todos los, favoritos con el mismo tiempo que Indur¨¢in, al que se le hab¨ªan otorgado cuatro segundos de ventaja, en la llegada de la etapa del viernes con final en el Alto de San Isidro.Manolo S¨¢iz, director deportivo de la ONCE, un hombre tranquilo, pululaba el viernes por la noche en el hotel del Alto de San Isidro, nervioso y ¨¢vido de denunciar la "injusticia" que seg¨²n ¨¦l hab¨ªan cometido los jueces de la carrera al conceder cuatro segundos de ventaja de Indur¨¢in respecto a Fuerte. Era la segunda vez que S¨¢iz acusaba a los jueces de estar en la "era antediluviana" al hacer prevalecer el l¨¢piz sobre la t¨¦cnica. A medida que pasan los d¨ªas, los hechos justifican el af¨¢n de S¨¢iz. La m¨ªnima diferencia entre los que aspiran a ganar la carrera cada vez parece resultar m¨¢s trascendente.
Escaso bot¨ªn
El escaso bot¨ªn que obtuvieron ayer Indur¨¢in, Delgado y Gast¨®n refuerza esta tesis. Estos escasos segundos de diferencia -se pueden contar con los dedos de una mano- fueron resultado adem¨¢s de una jornada en la que por vez primera se registraron numerosos ataques por parte de pr¨¢cticamente todos aquellos a los que les concierne la batalla esencial de la carrera.
La ofensiva empez¨® en el seno mismo del pelot¨®n. Indur¨¢in sufri¨® un pinchazo que le retras¨® a un segundo grupo. El resultado fue que durante 30 kil¨®metros sus grandes rivales pretendieron dejarle en la estacada. Lleg¨® a acumular una desventaja de m¨¢s de un minuto, pero gracias al esfuerzo colectivo de todo su equipo acab¨® volviendo a la cabeza.
Al margen de esa batalla circunstancial, las emociones fuertes se prodigaron y se hicieron antes de la ascensi¨®n al pen¨²ltimo puerto de los seis de que constaba la jornada. Fueron los primeros avisos de la ofensiva general que se desencaden¨® en las rampas, de seis kil¨®metros, que conduc¨ªan a la meta. Gast¨®n volvi¨® a intentarlo como el d¨ªa anterior. Indur¨¢in contest¨® a su vez con otro aceler¨®n, Parra tom¨® la cabeza del grupo e intent¨® descolgar a sus rivales imponiendo un ritmo casi suicida.
Lagu¨ªa, un intruso en esta circunstancia, propici¨® un nuevo efecto acorde¨®n en el grupo. El accidente de una moto seguidora que cay¨® justo delante del mismo fue aprovechado por Parra para dar su ¨²ltimo zarpazo. Pero todos sus rivales lograron volver junto a ¨¦l. Fue una ¨²ltima aceleraci¨®n de Pedro Delgado la que motiv¨® las diferencias en el Alto del Naranco.
Pino repiti¨® los alardes que permiten a su equipo, el Seur, seguir manteniendo el liderato puesto que trabaj¨® incansablemente en beneficio de su compa?ero Giovannetti.
Los colombianos obtuvieron su segunda victoria de etapa e hicieron prevalecer los alardes de sus numerosos e impetuosos atacantes. Coparon los dos primeros puestos de la etapa, confirmando los papeles diferenciados que ha distribuido la carrera entre los que pretenden ganar al final y los que luchan por hacerlo en etapas determinadas. Alberto Camargo se convirti¨® en su h¨¦roe circunstancial al adelantarse a sus compa?eros de fuga, un grupo en el que no viajaba ning¨²n corredor importante, cuando todav¨ªa quedaban m¨¢s de 20 kil¨®metros para la meta. En ella se impuso a pesar de que su compatriota Mart¨ªn Farf¨¢n (Kelme) y el alem¨¢n occidental Joseph Holmann (Stuttgart), desinformados, se jugaron el f¨ªsico en el sprint al estar absolutamente convencidos de que se jugaban la victoria cuando ¨²nicamente iban a obtener como premio el segundo y tercer lugar.
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