Gilles Lipovetsky cree que el fil¨®sofo de hoy debe salir a la calle
El pensador franc¨¦s acaba de publicar un ensayo sobre la moda
El libro se titula El imperio de lo ef¨ªmero y se subtitula La moda y sus destinos en la sociedad moderna. Su autor, Gilles Lipovetsky, es un parisiense de 46 a?os, profesor de Filosof¨ªa en Grenoble, que ha viajado a Barcelona para presentarlo. Afirma la necesidad de "pensar lo imipensable, lo fr¨ªvolo", y recomienda al fil¨®sofo de hoy que salga a la calle, vaya a los clubes nocturnos y vea la televisi¨®n.
"Reconozco que tengo algo de esquizofr¨¦nico", afirma Lipovetsky para explicar que no hay relaci¨®n directa entre la filosof¨ªa que ense?a en la Universidad y los libros que publica, para los que, sin embargo, reclama la consideraci¨®n de filos¨®ficos. El primero, La era del vac¨ªo, fue acogido casi como un lema definitorio de la sociedad contempor¨¢nea. El segundo, El imperio de lo ef¨ªmero, lleva las mismas trazas. En ¨¦l bosqueja una especie de historia, y a la vez de an¨¢lisis, de la moda como un factor intr¨ªnsecamente occidental."Yo creo que si la filosof¨ªa no fuera m¨¢s que el estudio de los grandes autores", dice, "Plat¨®n, Arist¨®teles, Descartes, entonces ser¨ªa s¨®lo repetici¨®n cerrada. Est¨¢ bien que eso exista, pero tambi¨¦n es necesario que la filosof¨ªa se abra a nuevas cuestiones que no son tradicionalmente filos¨®ficas, como la moda. Creo que ¨¦sa es la tarea de los intelectuales. Ya no es necesario que partan en cruzada por el mundo, sino que deben tomarse la paciencia y el trabajo de estudiar las cosas en su complejidad y no hablar sobre lo que ignoran".
A juicio de Lipovetsky, "hay que pensar y conocer, hay que salir de la pura informaci¨®n", para conseguir que el pensamiento filos¨®fico se reconcilie con "el amor por las cosas concretas, tangibles". ?l cree haber hecho eso cuando, para comprender el car¨¢cter ef¨ªmero de la moda de hoy, se ha remontado al siglo XIV, con la aparici¨®n del individualismo, en la idea de que "para comprender los tejanos hay que ir al siglo XIV". "Eso no significa que el siglo XIV explique los tejanos", agrega, "ser¨ªa absurdo; pero s¨ª que desde all¨ª tendr¨¦ una visi¨®n de todos los eslabones de la cadena y podr¨¦ comprender la relaci¨®n de seducci¨®n entre hombre y mujer, la funci¨®n de la publicidad, etc¨¦tera". La consecuencia es que el fil¨®sofo de hoy debe "estar en las calles, en los clubes nocturnos, tiene que ver la televisi¨®n y leer Mari Claire", para "tomar el pulso de las cosas, pensar lo impensable, lo fr¨ªvolo, lo secundario, la seducci¨®n, etc¨¦tera, y as¨ª comprender c¨®mo funciona nuestra dernocracia".
El valor de lo nuevo
El inter¨¦s por el fen¨®meno de la moda, factor antitradicionalista en el sentido de que afirma lo nuevo como valor, es, en opini¨®n de Lipovetsky, en ¨²ltima instancia pol¨ªtico. La voluntad es comprender una sociedad, la occidental, en la que se da una gran paradoja: "Cuanto m¨¢s se frivoliza, m¨¢s se hace responsable". Y la moda, con su car¨¢cter efilmero y radicalmente individualista, ha contribuido, cree ¨¦l, a fomentar el car¨¢cter responsable de la convivencia. "La frivolidad", afirma, "ha producido una especie de calma en la esfera pol¨ªtica, lo que no implica la exclusi¨®n del debate". El debate se produce ahora sin pasi¨®n, sobre c¨®mo mejorar la democracia: "La idea de cambiar la vida de los a?os sesenta est¨¢ olvidada. Era una visi¨®n de intelectuales nost¨¢lgicos que cre¨ªan que se pod¨ªa cambiar la sociedad en funci¨®n de las propias ideas. En la sociedad fr¨ªvola han muerto las ideolog¨ªas globales, la idea de que hay una soluci¨®n simple para resolver a fondo los problemas de la sociedad moderna. Pero la pol¨ªtica no ha muerto porque haya muerto una concepci¨®n religiosa de la pol¨ªtica. Lo que ahora tenemos es una pol¨ªtica m¨¢s modesta. Ya no creemos que vamos a conseguir la felicidad de todos los hombres para los pr¨®ximos 1.000 a?os".
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