C¨¢mara lenta

LA CONSECUENCIA m¨¢s importante de las elecciones celebradas el domingo pasado en dos Estados de la Rep¨²blica Federal de Alemania, Baja Sajonia y Renania-Westfalia, es la p¨¦rdida de la mayor¨ªa de que disfrutaba el Gobierno Federal de Helmut Kohl en el Bundesrat (C¨¢mara alta a la que acuden los elegidos en cada Estado). La nueva correlaci¨®n de fuerzas, por su parte, no puede sino aminorar el ritmo que el canciller ha querido imprimir a la unidad alemana. Hasta ahora, los ¨²nicos obst¨¢culos opuestos a ¨¦l hab¨ªan sido las reservas del ministro de Asuntos Exteriores, Hans Dietrich Genscher, al estilo Kohl. A partir del domingo, los socialdem¨®cratas; del SPD podr¨¢n imponer sus condiciones al proceso de unificaci¨®n, ya que desde el Bundesrat tienen la facultad de devolver a la C¨¢mara baja las leyes que, aprobadas por la mayor¨ªa conservadora-liberal en el Bundestag (C¨¢mara baja), no respondan a sus criterios. Si la unidad alemana sigue siendo imparable, el SPD dispone ahora de instrumentos para introducir cortapisas en su proceso.En Renania-Westfalia se ha repetido la victoria del l¨ªder socialdem¨®crata Johannes Rau. Accede as¨ª a su cuarta legislatura como presidente de un Estado cuya poblaci¨®n es superior a la de toda la Rep¨²blica Democr¨¢tica Alemana. Al renovar su mayor¨ªa absoluta, el SPD puede incluso prescindir de una alianza con los verdes, que tambi¨¦n entran en el Parlamento estatal de D¨¹sseldorf. Pese a los s¨ªntomas de descomposici¨®n de la direcci¨®n ecopacifista, su fuerza electoral se mantiene e incluso aumenta en regiones superpobladas que, como gran parte de Renania-Westfalia, especialmente la cuenca del Ruhr, sufren las consecuencias de la industria m¨¢s contaminante.

En Baja Sajonia el resultado ha sido mucho m¨¢s espectacular. Pese a que el canciller Kohl envi¨® a Hannover a la presidenta del Bundestag, Rita S¨¹ssmuth, que, como miembro del ala m¨¢s progresista del partido, es una de las personalidades m¨¢s populares de la pol¨ªtica federal y que actuar¨ªa como gancho para el electorado femenino, no ha podido evitar Ia derrota. Bajo la direcci¨®n de Gerhard Schroeder, el SPD se ha hecho con la mayor¨ªa en este Estado tradicionalmente conservador, predominantemente agrario y uno de los m¨¢s pobres de la RFA. Tras la aplastante victoria de Bjorn Engholm en Schleswig-Holstein y despu¨¦s de renovar Lafontaine su mayor¨ªa absoluta en el Sarre, con Schroeder accede a la direcci¨®n del SPD el ¨²ltimo heredero de Brandt.

La CDU, tras varias d¨¦cadas como partido mayoritario en Baja Sajonia, queda relegada a un segundo puesto y a la oposici¨®n con los liberales, que mantienen su exiguo 6%. Los verdes han cedido votos, presumiblemente al SPD, que, bajo Schroeder, asumi¨® gran parte de la pol¨ªtica ecologista. No obstante, son tambi¨¦n ganadores al ser casi segura una alianza verdirroja de gobierno con el SPD. Su posici¨®n negociadora ante Schroeder est¨¢, sin embargo, debilitada, ya que los liberales tambi¨¦n podr¨ªan ser candidatos a una coalici¨®n con el SPD, como en Hamburgo.

Debe destacarse finalmente el absoluto hundimiento de las candidaturas de la extrema derecha. Queda desmentida as¨ª la sugerencia de que el proceso de unificaci¨®n podr¨ªa reforzar al neonazismo. Al menos en la RFA, ¨¦ste no es el caso, aunque habr¨¢ que esperar a las elecciones generales de una Alemania unificada (posiblemente el a?o pr¨®ximo) para comprobar cu¨¢l es el volumen del electorado de la ultraderecha en lo que hoy es a¨²n la RDA.