Menores
El momento procesal m¨¢s traum¨¢tico en los procedimientos de separaci¨®n y divorcio es cuando el juez llama a los menores para su exploraci¨®n. Llegan los ni?os al juzgado asustaditos perdidos, llevando una carga de responsabilidad que ni les corresponde ni pueden asumir, y el juez les pregunta: "?Con qui¨¦n prefieres vivir, con tu padre o con tu madre?". La respuesta le servir¨¢ al juez para determinar su guarda y custodia, y posiblemente ¨¦se ser¨¢ un dato falso, pues el ni?o lo que de verdad quiere es vivir con su padre y con su madre.Hay matrimonios que mantienen a los ni?os al margen de su separaci¨®n, pero no parece ser el caso m¨¢s frecuente. Antes bien, muchos que se separan utilizan a los hijos de escudo protector o arma arrojadiza, pues la pensi¨®n que fije el juez depender¨¢ de con qui¨¦n vayan a vivir, y adem¨¢s ellos son los testigos m¨¢s cercanos de las desavenencias conyugales. Y aqu¨ª es donde empieza el calvario de los ni?os, porque si el padre o la madre son unos desaprensivos, les inculcar¨¢n el odio hacia la otra parte y les indicar¨¢n lo que tienen que decir si les preguntan. Y entonces, cuando les preguntan, los ni?os hacen revelaciones que tirar¨ªan de espaldas al propio juez, si no fuera porque suele estar sentado mayest¨¢ticamente en su sill¨®n. Le hablan los ni?os de inmoralidades, de torturas psicol¨®gicas y f¨ªsicas, de violaciones... El relato es de tal truculencia que provoca una indignaci¨®n mundial y la ciudadan¨ªa exige venganza contra el c¨®nyuge inmoral, torturador y violador de ni?os.
Luego a lo mejor resulta que ese c¨®nyuge no es culpable de nada; que el culpable es el otro por manipular al ni?o y convertirle en un pobre desgraciado con graves remordimientos de conciencia. Lo cual ocurre por meter a los menores en l¨ªos de juzgado en vez de dejarlos tranquilos para que jueguen, estudien y est¨¦n contentos, que ¨¦sa es su misi¨®n en la vida mientras sean ni?os.
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