"El Gobierno no teme la unidad sindical"

Luis Mart¨ªnez Noval ha aterrizado en Trabajo con un encontronazo con los sindicatos y otro con la CEOE, de peor arreglo. ?l, hombre prudente, le quita importancia y asegura que su actividad en Asturias, donde lo pol¨ªtico y lo sindical est¨¢ entrelazado, le ha permitido conocer los problemas laborales. El ministro anuncia que el Ejecutivo acepta negociar dos viejas peticiones sindicales: los fondos de inversi¨®n para controlar los beneficios empresariales y mejorar la calidad del empleo sin reducir la cantidad. Es el nuevo talante de un Gobierno que ahora ya no teme la unidad sindical.

Pregunta. Antes de su nombramiento se dec¨ªa que el ministro de Trabajo ten¨ªa que ser un hombre equidistante entre Solchaga y Guerra. ?Es usted ese hombre?

Respuesta. Yo no tengo conciencia de que exista esa balanza, y entonces malamente yo puedo ser el fiel. Yo he defendido la pol¨ªtica econ¨®mica del Gobierno como otros diputados han defendido la pol¨ªtica educativa o laboral. Por otra parte, he tenido responsabilidades org¨¢nicas en Asturias, y eso ya dice bastante.

P. Es guerrista, o no.

R. Si Alfonso Guerra es el vicesecretario general del partido y le digo que soy partidario de que se cumplan las resoluciones de los congresos y de los programas electorales, con eso ya le he dicho suficiente.

P. A la vez se lleva tambi¨¦n bien con Solchaga.

R. S¨ª, porque yo he defendido desde 1985 la pol¨ªtica econ¨®mica cuyo m¨¢ximo responsable es Carlos Solchaga.

P. ?Le satisface el actual modelo de relaciones entre UGT y el PSOE?

R. Yo fui partidario de otro modelo de relaciones, que era el hist¨®rico, pero la central ha decidido bien recientemente en n congreso que la UGT es un sindicato aut¨®nomo y me parece muy respetable esa decisi¨®n tomada por la inmensa mayor¨ªa de los delegados al congreso.

P. ?Le preocupa la unidad de acci¨®n entre UGT y CC OO?

R. No, en estos momentos no creo que haya razones para que desde el partido socialista o desde el Gobierno nadie tema o est¨¦ preocupado por la unidad de acci¨®n. Si los dos sindicatos son aut¨®nomos e independientes de cualquier partido, es una situaci¨®n en la que es posible abordar en el futuro unas relaciones con el Gobierno por cauces satisfactorios.

P. Esa unidad, ?va a tener reflejo en las pr¨®ximas elecciones sindicales del oto?o?

R. Mi responsabilidad en esa materia se reduce a regular esas elecciones sindicales.

P. UGT, CC OO y ELA-STV ya tienen un borrador, pero no se ponen de acuerdo respecto a la necesidad del preaviso en las empresas. Parece que van a dejarle a usted la decisi¨®n.

R. Yo tengo prevista una entrevista con las centrales m¨¢s representativas para comentar sus puntos de vista y los del Ministerio, y no quiero contestar a su pregunta antes de mantener ese primer contacto.

P. Se le ha acusado de ser un ministro desconocido.

R. ?se no es mi problema. Si mi trayectoria pol¨ªtica no ha tenido reflejo en los medios de comunicaci¨®n, poco puedo decir al respecto.

P. ?En qu¨¦ va a consistir la segunda fase de concertaci¨®n?

R. Est¨¢ fijado el primer contacto, que supongo ser¨¢ para repasar el cat¨¢logo de materias a discutir y, en la medida de las posibilidades, dise?ar un calendario.

P. Existe la duda sobre si en el proceso de negociaci¨®n se van a analizar los fondos de inversi¨®n para controlar los beneficios empresariales.

R. S¨ª, puede ser una de las materias que se aborden en la segunda fase de concertaci¨®n. Los fondos de inversi¨®n est¨¢n tanto en la PSP como en el programa electoral del PSOE.

P. ?Se va a debatir con los sindicatos o con la CEDE?

R. La primera decisi¨®n ser¨¢ discutir si ¨¦sa es una materia bilateral o trilateral.

Segunda fase de di¨¢logo

P. ?Cu¨¢l es el criterio del Gobierno?

R. En este momento no hay ning¨²n criterio, porque, insisto, est¨¢ todav¨ªa por decidir qu¨¦ materias van a entrar en la segunda fase.

P. Entre las mesas relacionadas con su Ministerio est¨¢ la referida al aumento de la cobertura del desempleo. ?Qu¨¦ posibilidades de ¨¦xito tiene?

R. Yo creo que hay posibilidades de que en esa mesa se llegue a un acuerdo satisfactorio para las dos partes, porque en estos momentos ha mejorado mucho la cobertura. Estarnos pr¨¢cticamente en aquella cifra que tanto se manej¨® del 48%. Est¨¢ aumentando el numerador y reduci¨¦ndose el denominador, de manera que hay un efecto clar¨ªsimo del avance que produjo en materia de cobertura el decreto 3/89, y nosotros pensamos que a¨²n no ha transcurrido tiempo suficiente para juzgar en su totalidad el efecto de esas medidas.

P. ?Y por d¨®nde cabe aumentar la cobertura ahora?

R. En el programa electoral nos hab¨ªamos comprometido a prestar atenci¨®n al colectivo mayor de 45 a?os, de manera que fuera posible reducir a¨²n m¨¢s la edad a la cual es posible enlazar el subsidio de desempleo con la jubilaci¨®n. Probablemente en ese tramo de edad que va de los 45 a los 52 a?os nos inclinemos por medidas relacionadas con la inserci¨®n profesional, de manera que no haya una percepci¨®n pura y simple del subsidio.

P. Manuel Chaves estaba en contra del salario social. ?Cu¨¢l es su opini¨®n?

R. Esa materia est¨¢ ya cerrada en la primera fase con desacuerdo. Era una de las posibilidades de la metodolog¨ªa que se escogi¨® al inicio del di¨¢logo.

P. ?Preocupa al Gobierno la ofensiva de CEOE contra el control sindical de la contrataci¨®n?

R. Cualquier campa?a de esa naturaleza debe preocupar, sobre todo porque puede enrarecer el clima social en la forma que sea recibida la ley y nosotros creemos que tiene una finalidad distinta de quienes la combaten y dicen que la van a seguir combatiendo en el futuro. La ley tiene como objetivo proporcionar una serie de derechos y de informaci¨®n a los representantes de los trabajadores y luchar contra el fraude. Adem¨¢s, es respetuosa con el derecho a la intimidad y, desde nuestro punto de vista, no hay razones objetivas para que el rechazo sea tan absoluto y tan categ¨®rico.

P. ?Tiene argumentos la CEOE para ir al Tribunal Constitucional?

R. Mi experiencia parlamentaria es que, ante cualquier ley de cierta envergadura que se tramite, la primera amenaza es la inconstitucionalidad. Bien sea la CEOE, un grupo parlamentario o cualquier otra instancia, utilizan siempre esa amenaza para reforzar sus posiciones pol¨ªticas.

P. Cuevas acusa al Gobierno de debilidad.

R. No hay tal debilidad. ?se era un compromiso del Gobierno con la sociedad que se concibe en el programa electoral del 29 de octubre. En ¨¦l se habla del control de la contrataci¨®n para eliminar el fraude y la competencia desleal entre empresas. Por otra parte, un punto de la Propuesta sindical prioritaria conten¨ªa esa demanda y las dos formulaciones han convergido en un proyecto de ley que, ciertamente, fue trabajoso de concordar y que satisface a ambas partes.

P. ?Tiene la impresi¨®n de que la CEOE est¨¢ defendiendo s¨®lo a los empresarios que cometen fraude?

R. Para no avivar m¨¢s el fuego que ha atizado la CEOE no me inclino por hacer una afirmaci¨®n de esa naturaleza. Vamos a ver, en el debate parlamentario y cuando la CEOE descienda a posiciones menos categ¨®ricas, cu¨¢les son las objeciones que la patronal, o alg¨²n grupo parlamentario, puede poner al contenido de la ley.

No a la renegociaci¨®n

P. El Gobierno, ?va a renegociar el contenido del proyecto de ley?

R. Ser¨ªa insensato renegociar un acuerdo porque el compromiso era mantener una negociaci¨®n bilateral, y ¨¦sa est¨¢ cerrada.

P. Si las empresas empiezan a presionar a los trabajadores para que no autoricen la entrega de los contratos, ?qu¨¦ va a hacer el Gobierno?

R. El Gobierno tiene que hacer cumplir la ley, y ¨¦sta dice que el empresario, en el plazo de 10 d¨ªas, tiene que entregar una copia b¨¢sica a los representantes legales de los trabajadores, y a ello est¨¢n obligados los empresarios.

P. Pero se corre el riesgo de que la empresa diga: como no me firmes esta autorizaci¨®n, no te firmo el contrato.

R. ?Usted se imagina que un empresario dijera a un trabajador: autor¨ªzame en un papel que yo te retenga parte de tu salario para entregarlo a Hacienda!