La libertad del color
Un nuevo edificio azul hace acto de presencia en el plano de la ciudad
, "Madrid es una ciudad siniestra desde el punto de vista del color" Las palabras son de Eduardo Mangada, arquitecto, urbanista, consejero de su especialidad en Madrid. "La libertad de color es estimulante, pero debe ser sometida a alg¨²n control. Pero ?qui¨¦n la controla?". La frase es de Luis Garc¨ªa Germ¨¢n, arquitecto, uno de los tres responsables del dise?o del edificio azul que ha sido construido por la empresa sueca Reinhold en la confluencia de Francisco Silvela y Pr¨ªncipe de Vergara y que hoy se inaugura. El edificio se suma a otro de color similar en la autopista de Barajas.
El edificio azul de Pr¨ªncipe de Vergara, junto al paso elevado, tiene 13 plantas, ha sido edificado sobre una superficie de 900 metros cuadrados y ya est¨¢ alquilado. La construcci¨®n es de Reinhold, que se hizo popular en Madrid porque revisti¨® con grandes paneles dibujados algunos de los edificios en restauraci¨®n de una ciudad de color cambiante. La obra ha tenido una duraci¨®n de dos a?os y se han invertido 1.000 millones de pesetas. El alquiler corresponde a Scandia, que lo ha dispuesto para oficinas. Ya est¨¢n todas adjudicadas. Ambas empresas son suecas. Los arquitectos que han dise?ado el edificio son espa?oles, pertenecen a una empresa que se llama T¨¦cnica y Proyectos y sus nombres son Jes¨²s Velasco Ruiz, Francisco Vigaray Mat¨ªas y el ya citado, Luis Garc¨ªa Germ¨¢n.El inmueble se distingue, aparte de por lo que digan los cr¨ªticos de arquitectura, por su propio color, un azul muy definido, y por su estructura: los servicios de que dispone -calefacci¨®n, aire acondicionado, ascensores- provienen de la planta de azotea y son visibles desde el exterior, como ocurre con el Centro Pompidou de Par¨ªs y con otros edificios europeos o norteamericanos.
Ascensores panor¨¢micos
La decisi¨®n de colorearlo de esta manera y la propia iniciativa de situar fuera del edificio los servicios m¨¢s vistosos fue tomada por el conjunto de los tres arquitectos de una manera totalmente casual. A uno de ellos le vino casi de repente la inspiraci¨®n.
"Era un solar muy malo, junto a un paso elevado, en una esquina, en una zona de ruido inclemente. Se trataba de hacer un edificio singular, que destacara del entorno y que fuera atractivo por s¨ª mismo. ?Y por qu¨¦ no el color azul?". Quien habla es Jes¨²s Velasco Ruiz. Desde el punto de vista de la estructura tomaron otras decisiones: no habr¨ªa un solo pilar, la ¨²ltima planta tendr¨ªa una p¨¦rgola y la zona de servicios, y la consecuencia de ¨¦stos ser¨ªa visible desde el exterior. Ellos est¨¢n especialmente orgullosos de los ascensores panor¨¢micos. "Esperemos", dice Velasco, "que si se iluminan de noche no produzcan ning¨²n accidente de los que miran sorprendidos de ver a la gente en suspensi¨®n".
Desde el punto de vista arquitect¨®nico, el grupo de profesionales se ha valido de las experiencias de la alta tecnolog¨ªa para resolver las cuestiones b¨¢sicas del dise?o, y lo que se han planteado como filosof¨ªa es "hacer un edificio estridente en un ambiente agresivo, como es el de la zona", seg¨²n dice Vigaray. "?El color? Al principio lo planteamos un poco de broma; como la empresa era sueca y la bandera sueca es precisamente azul, pues dijimos que era por eso. Despu¨¦s pensamos que esa coloraci¨®n tiene connotaciones mar¨ªtimas, y que eso le ven¨ªa bien a aquella zona tan golpeada".
"Nosotros sabemos", dicen los arquitectos, "que el color es un tema muy arriesgado, y somos conscientes de que no todos los clientes lo hubieran aceptado. Fue una opci¨®n que no tuvo ning¨²n car¨¢cter econ¨®mico, porque otro material distinto al vidrio que elegimos hubiera generado un coste similar, sino puramente est¨¦tico, de respuesta al ambiente".
Pero es una decisi¨®n complicada para la ciudad. "En el Ayuntamiento gust¨® mucho la alternativa que present¨¢bamos", dice Garc¨ªa Germ¨¢n. "Por otra parte, yo creo que la libertad de color debe estar vigilada: no se puede colorear de cualquier manera el barrio viejo, pero acaso hay que plantear con imaginaci¨®n la renovaci¨®n del color de la ciudad".
Velasco es m¨¢s permisivo: "Deben controlarse los aspectos formales de los edificios; pero, dentro de una capacidad de di¨¢logo con la Administraci¨®n, yo creo que debe dejarse en mano de los profesionales la capacidad para decidir entre un color u otro". Vigaray: "No se puede reglamentar el gusto, ni se han de poner puertas a las posibilidades de aportar nuevas ideas a la imagen de la ciudad". "Y si hubiera que reglamentar, ?qui¨¦n le pone el cascabel al gato?".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.