Garc¨ªa Calvo obtiene el Premio Nacional de Ensayo por 'Hablando de lo que habla'
"He escrito un libro de gram¨¢tica para la gente, no para especialistas", afirma el humanista
Agust¨ªn Garc¨ªa Calvo gan¨® ayer el Premio Nacional de Ensayo, concedido por el Ministerio de Cultura y dotado con 2,5 millones de pesetas, por su obra Hablando de lo que habla (Estudios de lenguaje). Result¨® finalista F¨¦lix de Az¨²a, por El aprendizaje de la decepci¨®n.
"Es un libro para la gente, no para especialistas", dice Garc¨ªa Calvo, "que parte de la curiosidad com¨²n hacia este artilugio, el lenguaje, que sabemos hablarlo muy bien gracias a que no sabemos que lo sabemos. Recopila in¨¦ditos y otras cosas publicadas en sitios inaccesibles. Recoge la dimensi¨®n de estudios sobre el lenguaje, y tambi¨¦n cuestiones de sem¨¢ntica, de ritmo, y las relaciones del lenguaje con la pol¨ªtica".El jurado del Premio Nacional de Ensayo estaba compuesto por Jos¨¦ Luis Pinillos, de la Real Academia Espa?ola; Domingo Garc¨ªa Sabell, de la Real Academia Gallega; Patxi Altuna, de la Real Academia de la Lengua Vasca; Antoni Ferrando, del Instituto de Estudios Catalanes; Aurelio Arteta, Tom¨¢s Poll¨¢n, Laureano Bonet, Virginia Careaga, Santiago Gonz¨¢lez Noriega, Alberto Gonz¨¢lez Troyano y Miguel Morey.
Seg¨²n Tom¨¢s Poll¨¢n, disc¨ªpulo del galardonado, Hablando de lo que habla (Estudios de lenguaje) "trata de una cuesti¨®n no habitual, como es la gram¨¢tica, y aborda los problemas gramaticales con gran originalidad y creatividad, y con el uso de un lenguaje castellano excelente, rico y complejo". Garc¨ªa Calvo no es escritor de lectura banal, porque pertenece a la estirpe de los tentadores, de quienes incitan al lector, o al oyente, o al paseante, y le envuelven en una dial¨¦ctica que no por rigurosa resulta menos gratificante y divertida. Maestro a la usanza socr¨¢tica y plat¨®nica, nunca ha visto contradicci¨®n entre su obra literaria o docente y el uso de frondosas patillas, melena leonina, camisolas de colorines, collares rutilantes y toda suerte de quincalla abominada por el Ser y el Estado, dos enemigos (siempre las may¨²sculas) que hasta ahora no han podido con la tenacidad y el humor de creador singular. Es autor de obras tan diversas como, en narrativa, Cartas de negocios de Jos¨¦ Requejo; en poes¨ªa, Serm¨®n del ser y no ser; en ensayo ling¨¹¨ªstico, Lalia; en teatro, F¨¦nix o la manceba de su padre, y adaptaciones como Sue?o de una noche de verano. Ha escrito canciones y ha dado recitales como A contratiempo, con Chicho S¨¢nchez Ferlosio y Amancio Prada. En 1983 escribi¨® la letra del himno de la Comunidad de Madrid, que sembr¨® el p¨¢nico entre los consumidores de himnos marciales o solemnes. "Siempre ando saltando de lo uno a lo otro", dice Garc¨ªa Calvo. "Ando metido en un voluminoso tratado de ritmo, prosodia y m¨¦trica. Tambi¨¦n en una exploraci¨®n sobre el tiempo, en filosof¨ªa, en l¨®gica, en historia y en la vida cotidiana. Y sigo con esos ejercicios de lenguaje que tanto me interesan: la poes¨ªa, por si sucede ese milagro de que, en vez de hablar uno, que s¨®lo dice tonter¨ªas, hable el lenguaje com¨²n; o la pol¨ªtica que no hacen los pol¨ªticos, y que es inseparable de mis art¨ªculos".
Hoy da clases de Filolog¨ªa Latina en la Universidad Complutense de Madrid. En 1965 fue expulsado por el franquismo de la universidad, con Aranguren y Tierno, por manifestarse a favor de la democracia. Detenido varias veces por el r¨¦gimen, se exili¨® a Par¨ªs en 1969, donde aglutin¨® una escuela humanista y tabernaria.
"Hasta ahora", reconoce bienhumoradamente, "unos miles de amigos hac¨ªan eco a lo que yo escrib¨ªa: pero los organismos oficiales y los medios de comunicaci¨®n adoptaban la t¨¢ctica de hacer como si yo, al hacer mis cosas, no estuviese haciendo nada; era una t¨¢ctica interesante para m¨ª, porque me permit¨ªa meter la nariz en todo y seguir a mi aire. Por eso este premiecillo de ahora lo veo como la excepci¨®n; as¨ª que espero que pronto vuelva la norma". No est¨¢ interesado en escribir sus memorias: "La vida de uno se transforma en material, y eso se emplea en las obras. Estoy contra la historia, y por tanto tambi¨¦n contra la historia personal".
Estil¨ªsticamente Garc¨ªa Calvo no se parece a nadie. Tiene un aliento incomparable para no perder el hilo de un discurso que es en realidad un laberinto para Ariadnas que quieran divertirse. "Siendo lenguaje", escribe, por ejemplo, para abrir boca, en Hablando de lo que habla (Estudios de lenguaje), "lo que habla de (trata de, razona de, describe, explica y aun pregunta por) las cosas, cuando se vuelve sobre s¨ª mismo se da un trance singular: en tanto que es ¨¦l el que est¨¢ hablando, no puede hablarse propiamente de ¨¦l, y si se habla de ¨¦l, es que ya no es aqu¨¦l que estaba hablando". Radical hasta la empu?adura, concluye el libro: "Hermanos: en estas nuevas celebraciones de la natividad, los creyentes, claro, no podr¨¢n entender nada: se lo impide su fe, que no es otra cosa que la Idea que los domina y los mueve a comprar y a vender carne pl¨¢stica y con lucecitas en los Grandes Almacenes. Ah, si por lo menos los no creyentes, o los que se creen que lo son, pudieran callarse un poco y dejarse entender lo que dicen las palabras que les suenan...".
Los candidatos propuestos para el Premio Nacional de las Letras, que, dotado con cinco millones de pesetas, falla ma?ana un jurado especial. El jurado de ensayo ha propuesto a Juan Benet, Rafael S¨¢nchez Ferlosio y Jos¨¦ Ferrater Mora; el de narrativa, a Juan Benet y Luis Goytisolo; y el de poes¨ªa, a Joan Teixidor, Jos¨¦ ?ngel Valente y Jos¨¦ Hierro.
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