Miurada dura de roer

PABLO NADAL El toro siempre impone su ley. Por ello en los dos festejos del dorninigo se vivieron emociones de signo bien distinto, derivadas de un comportamiento bastante arquet¨ªpico de reses de dos ganader¨ªas se?eras. Por la ma?ana, la novillada de Jandilla brind¨® cuatro novillos, sobre todo, segundo, tercero y sexto, para hacer el toreo que suena cualquier diestro. Por la tarde, la decoraci¨®n cambi¨® de signo con la espectacular miurada, muy dura de roer, con poder, peligro, movilidad y no apta para hacer el toreo de filigrana, sino para lidiarla y estar en valiente con ella.

Entre los novilleros hay que destacar especialmente a un S¨¢nchez Mej¨ªas, que a pesar de haber torerado muy poco desde su deb¨² con caballos en febrero en esta misma plaza, confirm¨® una concepci¨®n del toreo espl¨¦ndida: lancea con suavidad y mando y con la muleta es un prodigio de elegancia y buen gusto. La faena a su primero fue de las mejores de esta feria y a pesar de rematarla de dos pinchazos y estocada, obtuvo trofeo. El viento le molest¨® mucho en el sexto y el niuleteo no pudo tener la misma continuidad.

Jesul¨ªn de Ubrique embebi¨® y templ¨® muy bien al excelente segundo y en el quinto no pudo redondear su actuaci¨®n. Pareja Obreg¨®n tambi¨¦n estuvo en torero, pero no se acopl¨® totalmente con el lote menos propicio.

Manili entendi¨® a los 'miura'

Con los miuras, Manili estuvo en su l¨ªnea, entendiendo muy bien a sus dos toros, consiguiendo faena en el primero a base de aguante y habilidad, mientras en el espectacular toro cuarto, peligroso en la muleta, hizo una faena a la antigua (lo ¨²nico posible), que la mayor¨ªa del p¨²blico agradeci¨®.

De la Vi?a inici¨® convenientemente la faena a su primero, pero cuando el toro, con movilidad, comenz¨® a vencerse, el mando no fue el mismo. En el quinto, que hizo una buena pelea en varas, pero lleg¨® aplomado a la muleta, cabeceando cuando se produc¨ªan los engarichones, mostr¨® voluntad pero no acab¨® de entenderse con ¨¦l.

El Fundi, en el peligroso tercero, arriesg¨®, pero no consigui¨® dominar al animal, que fue el que mand¨® en el ruedo, mientras al sexto, que ya se frent¨® de salida, rehuy¨® el castigo en varas y esper¨® en banderillas, le dio los pocos muletazos que el ten¨ªa, con valor y serenidad.