Misasi: "El desarrollo y la lucha contra la Mafia deben ser simult¨¢neos"
El ministro para el sur de Italia habla de la crisis de los partidos, el crimen y la econom¨ªa
Ricardo Misasi, integrante del ala izquierda de la Democracia Cristiana (DC) encabezada por Ciriaco de Mita, naci¨® hace 57 a?os en Cosenza, regi¨®n de Calabria, bajo el signo de C¨¢ncer. Este abogado brillante, varias veces ministro, a quien el asesinado Aldo Moro consideraba como una de las mentes m¨¢s l¨²cidas de su partido, es hoy ministro para el mezzogiorno, el m¨¢ximo responsable de la pol¨ªtica gubernamental en el sur de Italia.
En el Norte, la Liga Lombarda, en alianza con otros grupos en el resto de Italia, ha declarado la guerra a la pol¨ªtica partidista respecto al Centro y al Sur. El PAIS ha entrevistado a Misasi en su despacho ministerial de Via Veneto, bajo un calor de verano que obliga al ministro a refrescarse con un ventilador.Pregunta. Las Ligas est¨¢n en guerra con los partidos y concretamente con la DC. ?Lo considera un fen¨®meno pasajero o algo m¨¢s serio?
Respuesta. Hay que distinguir dos aspectos: la ra¨ªz de dicha protesta y la interpretaci¨®n que las Ligas dan a los motivos de la desaz¨®n ciudadana. Que existe un malestar entre la gente es indudable. Es fruto de la sensaci¨®n de lentitud de la m¨¢quina del Estado. ?sta es probablemente la verdadera ra¨ªz de la protesta y como tal debe ser acogida, porque se trata de un problema real.
P. Entonces, ?qu¨¦ es lo que no le convence de las Ligas?
R. La interpretaci¨®n que dan de estos fen¨®menos de descontento y de la protesta creciente contra el Estado central unitario. Las Ligas caen en la tentaci¨®n que ya condenaba Guicciardini del particularismo. Es decir, la idea de que todo se resuelve si se reduce al m¨¢ximo la presencia del Estado central y se deja todo en manos de los poderes locales.
P. Pero lo que las Ligas critican es que el Sur despilfarra lo que ellos producen.
R. Lo que ocurre es que las Ligas van hoy contra el sentido de la historia, que ve a Europa correr hacia un proceso de unificaci¨®n pol¨ªtica y econ¨®mica y ellas luchan contra el Estado unitario, olvid¨¢ndo que desde el Renacimiento hasta hoy ha sido el Norte -que se ha convertido en la quinta potencia industrial del mundo- y no el Sur deprimido el que m¨¢s ventajas ha sacado del centralismo estatal. Le dir¨¦ m¨¢s, si las Ligas contin¨²an con su individualismo, quien pagar¨¢ el pato ser¨¢ el Norte.
Congesti¨®n del Norte
P. No entiendo por qu¨¦.R. Intentar¨¦ explic¨¢rselo: porque nuestro Norte est¨¢ congestionado por actividades productivas, afligido por crisis ambientales y desastres ecol¨®gicos. Existe un malestar social en materia ambiental y casi una cultura antiindustrial. Invertir en el Norte teniendo que combatir los da?os ya causados resulta cada vez m¨¢s costoso. Dentro de poco ser¨¢ imposible seguir invirtiendo en el Norte. Pero, como es sabido, no basta para una econom¨ªa de desarrollo mantener lo ya creado, ni siquiera perfeccionar lo tecnol¨®gicamente, hay que agrandarlo siempre. ?Y d¨®nde lo har¨¢? Si se va al extranjero acabar¨¢ empobreci¨¦ndose, mientras que si invierte en el Sur tendr¨¢ todas las de ganar y podr¨¢, desde all¨ª, explorar los mercados mediterr¨¢neos. Hoy el Sur es la verdadera. oportunidad para el Norte.
P. Pero usted sabe muy bien que los empresarios del Norte no quieren invertir en el Sur por miedo a las distintas mafias.
R. El problema de la lucha contra la criminalidad organizada [el ministro nunca usar¨¢ en la entrevista la palabra mafia] es fundamental, pero no tanto para el desarrollo econ¨®mico como para la democracia.
P. Las ligas y mucha. gente del mismo Sur critican la distancia creada entre la pol¨ªtica y los ciudadanos en Italia.
R. Desde hace a?os, algunos de nosotros, dentro de la Democracia Cristiana, empezando por el onorevole De Mita -de quien he sido y sigo siendo el colaborador m¨¢s estrecho y su amigo hemos denunciado la crisis de la pol¨ªtica y la insuficiencia de la relaci¨®n pol¨ªtica-ciudadano-instituci¨®n; y hemos afirmado que era necesaria una alta pol¨ªtica capaz de dirigir los grandes procesos, dejando la gesti¨®n de las cosas a la sociedad civil, a las autonom¨ªas. Para usar un viejo adagio espa?ol, dir¨ªa que gobernar no es asfaltar.
P. De cualquier modo, Umberto Bossi, el l¨ªder de la Liga Lombarda, afirma que la culpa de haber hecho, sobre todo en el Sur, m¨¢s bien una pol¨ªtica de asfaltar que de programar, es de la Democracia Cristiana.
R. Esto no es cierto y de cualquier modo no ser¨ªa exclusivo de la DC, ya que ¨¦sta nunca ha gobernado sola. Adem¨¢s la crisis no nace de un solo partido, sino de la insuficiencia de las culturas pol¨ªticas tradicionales que, tras haber contribuido a cambiar la sociedad, no han sabido interpretar sus nuevas exigencias.
P. Pero usted no ha dicho c¨®mo combatir a la Mafia para que los empresarios del Norte no teman invertir en el Sur.
R. No con sermones.
P. ?Entonces, c¨®mo?
R. No se puede combatir el crimen organizado sin un mayor desarrollo econ¨®mico. Lucha a la Mafia o a la Camorra y desarrollo deben ser simult¨¢neos.
P. ?Y c¨®mo se puede hacer ese milagro?
R. Inventando mecanismos que sirvan para eliminar el caldo de cultivo de la criminalidad.
P. ?Por ejemplo?
R. Por ejemplo, yo he propuesto para mi regi¨®n, Calabria, la adopci¨®n de un sistema para asignaci¨®n de las obras p¨²blicas sin subastas. Se examina a todas las empresas locales para ver las que est¨¢n limpias de criminalidad. A las que pasan el examen, se las invita a asociarse. Cada vez que se deban realizar obras p¨²blicas, un organismo administrativo las asigna por turno.
P. Eso es anticonstitucional.
R. Tambi¨¦n era anticonstitucional la ley contra la criminalidad organizada Rognoni-La Torre. Pero las emergencias requieren medidas extraordinarias.
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