Un problema de confianza
El Mundial avanza de sorpresa en sorpresa. Nadie duda de que Argentina es m¨¢s equipo que Camer¨²n, Escocia que Costa Rica y Holanda que Egipto. Y, sin embargo, los resultados dicen lo contrario. El partido de ayer en Palermo arroj¨® otro dato significativo. Visto su desarrollo, el empate final fue m¨¢s un premio para Holanda que para Egipto. Los egipcios dispusieron pr¨¢cticamente de m¨¢s ocasiones y, adem¨¢s, el gol que encajaron fue m¨¢s un error del portero que un acierto del siempre salvador Win¨ª. Kieft, el mismo que, con su tanto ante Irlanda, propici¨® que Holanda pudiera disputar y ganar la final de la pasada Eurocopa. Podr¨¢ discutirse el penalti que suposo el empate final, pero fue evidente que las intervenciones de Hans van Beukelen resultaron m¨¢s trascendentes que las de Ahmed Shubair.A Holanda, como a otros equipos que parten como favoritos, le traicion¨® su confianza en ganar el encuentro sin atarse las botas. Cuando se pisa la cancha con demasiada confianza, es muy dif¨ªcil que el desarrollo del partido pueda cambiar la mentalidad del equipo. Transcurrida la primera hora de encuentro bastaba con mirar el rostro de cualquier jugador holand¨¦s para descubrir en ella cual es el rostro de la sorpresa.
La disposici¨®n an¨ªmica de Egipto, motivado por medirse a uno de los favoritos, fue ejemplar. Los entendidos apuntaban a un desmoronamiento de sus jugadores cuando encajaron el 1-0. Presum¨ªan que era un equipo d¨¦bil, sin recursos ofensivos, de aquellos que s¨®lo aguantan en el campo cuando el 0-0 campea en el marcador. Pero Egipto se sobrepuso an¨ªmicamente mientras los holandeses, sus figuras constrastadas como Marco Van Basten, se iban difuminando.
Holanda se encontr¨® con que su rival no s¨®lo opon¨ªa resistencia f¨ªsica sino que tambi¨¦n ofrec¨ªa f¨²tbol. Egipto es, ante todo, un equipo,que sabe ocupar racionalmente los espacios, integrado por jugadores de un nivel medio que son r¨¢pidos, combativos y, adem¨¢s, saben mover el bal¨®n con instinto, tanto para salir de las situaciones de acoso como para desplegar el ataque. Es, por lo visto ayer y comparado con los conjuntos denominados sorpresa, el que mejor rendimiento ofreci¨®. Me record¨® a la Argelia que todos admiramos en el Mundial de Espa?a.
Holanda quiz¨¢ ha reunido al grupo de jugadores m¨¢s trascendente del campeonato, pero ayer le falt¨® un l¨ªder, el jugador que habla en el campo, capaz de recobrar el rumbo cuando se pierde, la mano derecha de? t¨¦cnico en, el campo.
Este art¨ªculo ha sido reelaborado period¨ªsticamente por Ram¨®n Besa.
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