Yugoslavia y Colombia
hicieron un programa similar el pasado martes. Sus entrenadores quieren que sus equipos aumenten la velocidad mostrada en el primer partido y no encontraron mejor motivaci¨®n psicol¨®gica que llevarlos a sendas f¨¢bricas de coches. Los colombianos estuvieron en la f¨¢brica de Lamborghini, donde Higuita se subi¨® a un modelo Diablo, que se comercializar¨¢ a partir de septiembre, capaz de coger una velocidad de 325 kil¨®metros por hora. El coste del capricho es de 35 millones de pesetas. Higuita volvi¨® de un paseo de 10 minutos con el semblante tranquilo. "Lo ¨²nico que he hecho ha sido empujar con fuerza con mis pies, porque con la segunda velocidad ya me he sentido enganchado al asiento", dijo Higuita. Los yugoslavos estuvieron en Ferrari, donde se sentaron en b¨®lidos de F¨®rmula 1, aunque ninguno se atrevi¨® a probarlos.
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