Atentados en Inglaterra contra los investigadores con animales vivos

Dos atentados con bombas contra sendos investigadores con animales vivos en Inglaterra acaban de marcar un espectacular recrudecimiento en la larga lucha por los derechos de los animales en las islas Brit¨¢nicas. Un ni?o de 13 meses sufri¨® heridas graves a consecuencia de una de las explosiones, defendidas por un activista como la ¨²nica alternativa a las in¨²tiles protestas no violentas de? pasado reciente.

Los m¨¢s moderados entre los defensores de los derechos de los animales temen que este salto cualitativo socave los avances logrados en los ¨²ltimos a?os.La veterinaria Margaret BAskerville y el psic¨®logo Patrick Headly investigan sobre animales vivos y sus trabajos les han convertido en obejtivo de la sorprendente escalada de alguno de los grupos adeptos al heterog¨¦neo Frente de Liberaci¨®n Animal (ALF). El jeep que conduc¨ªa Baskerville se convirti¨® en una bola de fuego al estallar una bomba de explosivos pl¨¢sticos adosada a su parte inferior, la misma t¨¦cnica que destroz¨® unos d¨ªas m¨¢s tarde el coche de Headly. En este caso, el estallido provoc¨® una lluvia de chatarra que casi cuesta la vida a un ni?o de 13 meses, en cuya espalda se clav¨® un buen trozo de metal. Ninguno de los cient¨ªficos sufri¨® da?o notable.

La revista El Anarquista Verde publica en su ¨²ltimo n¨²mero la noticia del atentado contra la veterinaria bajo el titular '?La pr¨®xima vez, mejor suerte!', y su director, Paul Rogers, un joven parado de Oxford, explica las razones de esa agresividad: 'Tos medios no violentos y toda la porquer¨ªa pacifista de los a?os ochenta han fracasado". Rogers dice que Baskerville y su marido, que tambi¨¦n trabaja con animales, hab¨ªan sido "repetidamente advertidos de lo que iba a pasar si segu¨ªan benefici¨¢ndose del diario tormento de animales".

Trabajo importante

Baskerville, que trabaja en unas dependencias militares en las que se investiga sobre la guerra qu¨ªmica, niega haber recibido amenazas, dice que no puede entender "c¨®mo nadie puede hacer eso a un ser humano" y cree que continuara con su trabajo, del que asegura que "es muy importante y se imita a garantizar el bienestar de los animales". Lo mismo va a hacer Headley, de la Universidad de Bristol, reputada por su investigaci¨®n con anima les: "Estoy orgulloso de poder decir que investigo en medicina con el objetivo de aliviar el dolor y el sufrimiento tanto en animales como en el hombre".

La comunidad cient¨ªfica brit¨¢nica que trabaja con animales, unas 20.000 personas, ha sido puesta en estado de alerta a la vista del agravamiento de los ataques -un cardi¨®logo que el a?o pasado emple¨® parte del coraz¨®n de un cerdo para salvar la vida de un ni?o acaba de recibir amenazas de muerte- y la entidad que agrupa a buena parte de estos investigadores ha ofrecido 10.000 libras (1,75 millones de pesetas) por pistas que permitan identificar a los autores de estos atentados, con los que quisieran poner fin a los experimentos que sufren cada a?o 3,5 millones de animales, la inmensa mayor¨ªa de ellos roedores, en los laboratorios de las islas. La polic¨ªa, mientras, indaga fren¨¦ticamente en el ¨ªndice Nacional de Derechos de los Animales (ARNI), una base de datos secreta controlada por una brigada de siete agentes, para buscar pistas.

El Frente de Liberaci¨®n Animal ya emple¨® bombas hace unos a?os, aunque m¨¢s rudimentarias que estas ¨²ltimas, pero suspendi¨® su campa?a en el momento en que un subalterno de la residencia de la primera ministra recibi¨® heridas leves. En el pasado las acciones consist¨ªan en liberar animales y realizar campa?as propagand¨ªsticas de impacto.