El regreso de Dr¨¢cula
No es f¨¢cil contar bien una historia de vampiros ambientada en nuestra ¨¦poca, y todav¨ªa es m¨¢s complejo encontrar un punto de vista nuevo sobre estos seres amenazadores en una v¨ªa que se no se limite a aplicar los t¨®picos m¨¢s usados sino que pretenda explorar la identidad oculta de esa criatura diab¨®lica. Quiz¨¢ sea ¨²til recordar el precedente de Noche de miedo, la pel¨ªcula de Tom Holland en la que un vampiro de hermosa apariencia f¨ªsica hac¨ªa estragos en la poblaci¨®n femenina de una pac¨ªfica ciudad provinciana americana.Besos de vampiro adopta una l¨ªnea distinta a la que sigui¨® Holland, pero no menos interesante que ella, gracias a la habilidad del director Robert Bierman y al eficaz trabajo de los int¨¦rpretes para hacer cre¨ªbles las peripecias de un ejecutivo angustiado que cree ser Dr¨¢cula en la ciudad de los rascacielos. Aunque el verdadero inter¨¦s del filme radica en la soltura con la que se mueve entre los dos polos antag¨®nicos del relato tradicional de terror y la farsa costumbrista descoyuntada. De los vampiros se ha dicho todo o casi todo, y la ¨²nica manera de sorprender en esta delicada materia de ficci¨®n es buceando en los intrincados problemas psicol¨®gicos de este curioso ser.
Besos de vampiro
Vampire's kiss. Productor: Barry Shills y Barbara Zidwer. Director: Robert Bierman. Int¨¦rpretes: Nicholas Cage, Mar¨ªa Conchita Alonso y Jennifer Beals Estreno en Madrid: Avenida, Lumi¨¦re (V. O. subtitulada).
Un vampiro peculiar
No deja de ser meritorio adem¨¢s que encontremos una pel¨ªcula americana t¨ªpica de este g¨¦nero en la que se renuncia a los efectos especiales m¨¢s t¨®picos y a la sangre omnipresente, para emplear s¨®lo la imaginaci¨®n y la inteligencia. S¨®lo por eso, y pese a las insuficiencias e incongruencias del desarrollo, ya merecer¨ªa la propuesta un gran aplauso. En cine las ideas son necesarias, pero resultan insuficientes si no se deserrollan bien, y en Besos de vampiro es justo reconocer que las mejores posibilidades de la historia se han aprovechado adecuadamente, con un gui¨®n h¨¢bil que especula sobre la conducta hist¨¦rica de un protagonista al borde de la desesperaci¨®n y con las reacciones de las mujeres que le rodean.En cierto sentido, la pel¨ªcula podr¨ªa ser vista tambi¨¦n como una comedia er¨®tica sui generis que analiza los temores irrefrenables de un var¨®n domado en busca de su seguridad amenazada. Cada uno de los prototipos femeninos que aparece en la pantalla es un verdadero hallazgo, especielmente el personaje interpretado por la actriz Mar¨ªa Conchita Alonso. Tambi¨¦n Jennifer Beals se ha diferenciado de la joven inexperta de Flashdance.
Aun reconociendo los m¨¦ritos de estos retratos femeninos, el verdadero inter¨¦s de Besos de vampiro surge del tratamiento del protagonista y de la espl¨¦ndida interpretaci¨®n de Nicholas Cage. Su trabajo en esta pel¨ªcula, siempre al borde de la parodia y del exceso, me recuerda su labor en Wild and heart, la inteligente obra de David Lynch que gan¨® la Palma de Oro en el ¨²ltimo festival de cine de Cannes. Su personaje de Sylor Ribley ten¨ªa el humor negro y la dosis de lirismo ingenuo suficiente para convertirlo en una criatura inolvidable.
Tampoco se podr¨¢ olvidar f¨¢cilmente a este ejecutivo-vampiro (o vampiro-ejecutivo, si lo preferimos as¨ª) que busca una paz ilusoria y grotesca en un escenario urbano inabarcable, mucho m¨¢s amenazador que el del primer Dr¨¢cula de Bram Stoker. Es posible que la versi¨®n que nos propone ahora Nicholas Cage se aparte radicalmente de las otras pel¨ªculas que encumbraron a Bela Lugosi o a Christopher Lee, pero es imposible ignorar su atractivo, sus dotes de efectos desmesurados, tan cercanos en el fondo a Opale, el protagonista de El testamento del doctor Cordelier, la espl¨¦ndida y olvidada pel¨ªcula de Jean Renoir.
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