El Constitucional deliber¨® ayer sobre el amparo a tres diputados de UB

El Tribunal Constitucional continu¨® ayer la deliberaci¨®n, iniciada el 5 de junio ¨²ltimo, sobre el recurso de amparo de tres diputados electos de Herri Batasuna (HB) contra la decisi¨®n del presidente del Congreso de los Diputados, F¨¦lix Pons, que invalid¨® su acatamiento a la Constituci¨®n, por haber antepuesto a la f¨®rmula reglamentaria las palabras por imperativo legal. Tras largas horas de espera de la sentencia, una funcionaria de la centralita telef¨®nica del alto tribunal fue la encargada de informar que ayer no se har¨ªa p¨²blico el fallo.La misma funcionaria advirti¨® a este peri¨®dico hacia las 17.30 que no pasar¨ªa llamadas a los servicios de prensa, ya que todas las personas que trabajan en los mismos se hab¨ªan ausentado. En efecto, los habituales interlocutores de los medios de comunicaci¨®n social no cog¨ªan por la tarde los tel¨¦fonos directos.

Por su parte, ??igo Iruin, senador electo de HB y letrado que prepar¨® el recurso, no quiso ayer adelantar ninguna opini¨®n hasta que se conozca la sentencia.

Asunto "delicado"

Seg¨²n fuentes del alto tribunal, su presidente, Francisco Tom¨¢s y Valiente, en un descanso de la deliberaci¨®n, manifest¨® su sorpresa ante la informaci¨®n publicada por algunos medios, que aseguraban que ayer se conocer¨ªa la sentencia. Por el contrario, y sin descartar que durante la jornada se concluyera la deliberaci¨®n, Tom¨¢s y Valiente record¨® que se trataba de una cuesti¨®n "delicada", que requer¨ªa dedicarle todo el tiempo necesario.

Como anticip¨® este peri¨®dico, al comienzo de la deliberaci¨®n la mayor¨ªa de los 12 miembros del Tribunal Constitucional mostr¨® su acuerdo con el proyecto de sentencia elaborado por el ponente de este asunto y vicepresidente del alto tribunal, Francisco Rubio Llorente, favorable a la concesi¨®n del amparo (ve¨¢se EL PA?S del 11 de junio de 1990).

Esta informaci¨®n desat¨® un gran malestar en el seno del alto tribunal, algunos de cuyos miembros expresaron en privado su preocupaci¨®n tanto por la difusi¨®n de unos datos reservados, objeto de una deliberaci¨®n secreta, como por la utilizaci¨®n que sectores recalcitrantes hicieron de la noticia, como arma arrojadiza contra el tribunal o alguno de sus miembros. Todo ello contribuy¨®, seg¨²n tales fuentes, a impedir el deseado "sosiego de la deliberaci¨®n", invocado por el alto tribunal en su resoluci¨®n del 29 de marzo ¨²ltimo, como compatible con el m¨¢ximo adelanto posible del "momento de dictar sentencia".