Salida del vuelo a Suram¨¦rica
En M¨¦xico 86 los jugadores argentinos segu¨ªamos el Mundial por televisi¨®n. Al final de cada partido Maradona abr¨ªa la ventana de su habitaci¨®n y gritaba la sentencia en clave aeroportuaria: "Sale el vuelo 383 de Alitalia" (Italia hab¨ªa perdido), "sale el vuelo 731 de Bari" (Brasil hab¨ªa perdido), "sale el vuelo 527 de Iberia" (Espa?a, con perd¨®n, hab¨ªa perdido). Estos d¨ªas, en Italia, Maradona estuvo a punto de anunciar la salida anticipada de un vuelo de Aerol¨ªneas Argentinas. Cuando ocurri¨® lo de Camer¨²n (0-1) el entrenador argentino Carlos Salvador Bilardo se comport¨® como un jugador de p¨®quer desesperado: se qued¨® con un as en la mano (Maradona) y pidi¨® cuatro cartas (realiz¨® cinco cambios). La mano de Dios, tan ¨²til en defensa como en ataque, ayud¨® a solventar el partido frente a la URSS (2-0). El pie del genio termin¨® la obra de clasificaci¨®n contra Rumania (1 - 1) con un c¨®rner envenenado que la cabeza de Monz¨®n desvi¨® al gol.Qued¨® confirmada una antigua presunci¨®n del geom¨¦trico Bilardo: "Hace 20 a?os que mi familia come de los c¨®rneres al primer palo". El seleccionador necesita de futbolistas sacrificados y obedientes porque cree en un juego automatizado que se opone a lo que en Argentina se conoce como la nuestra: un conjunto de vicios y virtudes que hacen a la identidad del f¨²tbol nacional. Bilardo es un hiperrealista incapaz de so?ar. No es que desprecie la est¨¦tica y el atrevimiento, es que no sabe para qu¨¦ sirven porque sus objetivos son siempre cuantificables.Dicen que cuando una cosa se mete en la cabeza de Sebastiao Lazaroni es muy dificil sacarla Tambi¨¦n su recinto ideol¨®gico es europe¨ªsta y no le importa que en su pa¨ªs la sangre pida otra cosa Brasil hace 20 a?os que no gana un Campeonato del Mundo y los monstruos de la raz¨®n pura acusan a la alegr¨ªa de su juego como culpable de esa larga frustraci¨®nN¨²meros cantan
A los amigos de los n¨²meros conviene recordarles que la selecci¨®n brasile?a perdi¨® un ¨²nico partido en los ¨²ltimos tres campeonatos (3-2 frente a Italia en Espa?a-82) y que en M¨¦xico-86 s¨®lo recibi¨® un gol en contra. No es que Brasil haya sido demasiado alegre, es que la justicia fue muy poco seria. Ganando o perdiendo, lo brasile?os dejan un aroma inolvidable en los amantes del f¨²tbol; esa herencia fabulosa es la que reciben sus entrenadores. Lazaroni quiere ganar traicionando a la historia. El l¨ªbero es el abanderado de su dudosa revoluci¨®n pero no la causa de todos sus males. La pelota pasa demasiado tiempo en los pies de Dunga y Alem¨¢o, dos proletarios valiosos pero de poca imaginaci¨®n que hacen un f¨²tbol formal, incoloro, sin profundidad. En la selecci¨®n brasile?a es alta traici¨®n el aburrimiento pero seis puntos en tres partidos son poderosos argumentos.Lazaroni es claro: "Prefiero jugar mal y ganar a jugar bien y perder". Esencial cuesti¨®n.
No ha pasado tanto tiempo. En las gradas del Bernab¨¦u. rug¨ªa la expectativa de sus grandes noches europeas. Abajo, en los intestinos del gran estadio, el ¨¢rbitro franc¨¦s Vautrot reuni¨® en su vestuario a Toshack, entrenador del Real Madrid, y a Sacchi, entrenador del Milan, para hacerles algunas recomendaciones: "Debernos rendir cuentas ante 500 millones de espectadores, espero que asistamos a un buen partido de f¨²tbol". Toshack contest¨® antes: "Nosotros s¨®lo deseamos vencer", pero Sacchi contest¨® mejor: "Nosotros s¨®lo deseamos jugar bien". Es que jugar bien no excluye el ¨¦xito como objetivo sino que lo persigue de una manera m¨¢s plena. Siempre habr¨¢ alguien, como Lazaroni, dispuesto a preguntar ?qu¨¦ prefieres: jugar bien y perder o jugar mal y ganar? Mire usted, ganar queremos todos, pero s¨®lo los mediocres no aspiran a la belleza. Es como pretender elegir entre un imb¨¦cil bueno o un inteligente malo. Se puede, claro, pero ya escribi¨® Jos¨¦ Ingeniero que "la imbecilidad no es una presunci¨®n de virtud, ni la inteligencia lo es de perversidad".Francisco Maturana, entrenador de Colombia, me gusta m¨¢s: "Si juego bien y gano es normal, si juego bien y pierdo por lo menos obtuve un triunfo con el buen juego. En cambio, si juego mal y adem¨¢s pierdo, sufro doble derrota".Esta tarde juegan Brasil y Argentina. Su atenci¨®n, por favor, se anuncia la salida de un vuelo hacia Suram¨¦rlca Bilardo y Lazaroni, dos ganadores empedernidos en lista de espera.
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