100 motos Harley Davidson se concentran tres d¨ªas bajo un sol californiano
Rancias, rimbombantes y orgullosas, las motocieletas Harley Davidson se han convertido en un t¨®tem indestructible que refuerza su leyenda con el paso del tiempo. En la II Reuni¨®n Internacional Harley, que se celebra durante este fin de semana en el pueblo madrile?o de Nuevo Bazt¨¢n, se dieron cita un centenar de resplandecientes cerdos de Milwaukee. Sus propietarios, motoristas fronterizos tan fascinantes como sus propias m¨¢quinas, viven tres d¨ªas de diversi¨®n y borracheras con inusual intensidad. Son losnuevos reyes del asfalto.
En la carretera que va desde Torrej¨®n hasta Nuevo Bazt¨¢n, un pueblo que no alcanza los 700 habitantes, el asfalto de los cruces est¨¢ pintado con las letras HD y una flecha. El burdo anagrama se?ala el camino que lleva a la urbanizaci¨®n Eurovillas, lugar donde se est¨¢ viviendo la segunda reuni¨®n internacional de motocicletas Harley Davidson. El pasado viernes comenzaron a llegar las primeras m¨¢quinas. Sus due?os se inscribieron, instalaron sus tiendas de campa?a, cenaron copiosamente y se pegaron la primera juerga aprovechando que el bar instalado para la reuni¨®n permanece abierto las 24 horas del d¨ªa. Todo el recinto est¨¢ rigurosamente vetado a mi rones, y las motos de otras marcas tienen un aparcamiento especial en el exterior. El due?o de una Harley suele dormir a su lado.Los Aldeanos, uno de los pocos clubes de Harley Davidson activos en nuestro pa¨ªs, ha organizado esta reuni¨®n internacional a imagen y semejanza de las que se vienen celebrando desde hace a?os en Estados Unidos y en otros pa¨ªses europeos. La m¨ªtica concentraci¨®n de Sturgis reun¨ªa a m¨¢s de 40.000 Harley, y las celebradas en Holanda tienen un ambiente s¨®lo comparable a las norteamericanas. Estas motocicletas de motores de cuatro tiempos est¨¢n asent¨¢ndose lentamente en nuestro pa¨ªs. Su caracter¨ªstico ronroneo, producto de la combinaci¨®n de una mec¨¢nica f¨¦rrea y al tiempo hermosa, cautiva a una gente muy distinta a la de las motos japonesas. El motorista de Harley no corre, pasea sus hierros de Milwaukee como quien luce una preciada joya, y es capaz de sacrificarlo todo a ella. "He venido a la concentraci¨®n con dos preciosidades", dice uno de ellos, se?alando con el mismo entusiasmo a su chica y a una XLH Sportster 883.
El s¨¢bado contin¨²an llegando cerdos. La ma?ana est¨¢ libre de actividades. Buen momento para echar una Ojeada a los tenderetes de repuestos y ropa o, a¨²n mejor para grabarse un tatuaje. Por 15.000 pesetas, cualquiera puede lucir en su brazo, y para siempre el anagrama que ha hecho m¨ªtica a la motocicleta creada en 1903 por William Harley y Arthur Davidson. Unos cuantos pinchazos, una semana de dolor e hinchaz¨®n y despu¨¦s la eterna exclusividad.
Escultura irrepetible
Convertir estas motos en objetos ¨²nicos es m¨¢s f¨¢cil, pero mucho m¨¢s caro. Los cromados generales, los manillares y horquillas especiales, los sillines de cuero y las sillas de montar a caballo hacen de cada Harley una escultura irrepetible. Sus due?os lo saben, y disfrutan de estas reuniones como si se tratara de una gran exposici¨®n. Cada modelo es analizado y disfrutado por todos, en un ambiente de camarader¨ªa."El emblema de esta gentuza es un cr¨¢neo alado con un casco de motorista. Debajo colocan el nombre de su localidad. Estas piezas van cosidas a la espalda de su prenda favorita: el chaleco". As¨ª los describ¨ªa un prestigioso peri¨®dico norteamericano hace s¨®lo unos a?os.
"Sus cinturones suelen ser trozos de cadena pulimentada que suelen utilizar a modo de cachiporra. Si se cruza con ellos por la carretera, rece porque no se fijen en usted" senteciaban. La realidad actual es bien distinta. Esa chusma repugnante se ha convertido en un amplio abanico de personajes. Engullen asfalto, se divierten bebiendo cerveza y escuchando m¨²sica country y sue?an con las interminables autopistas norteamericanas.
Por la ma?ana, el aparcamiento de la reuni¨®n est¨¢ resplandeciente. Con el sol cayendo a plomo, todas las piezas met¨¢licas brillan con rabia. Los cerdos descansan sobre sus caballetes y sue?an con devorar kil¨®metros. El programa para hoy, domingo, comienza con un desayuno madrugador, entre las nueve y las once de la ma?ana. Inmediatamente despu¨¦s, los cerdos salen de excursi¨®n para recorrer al trote los pueblos de la zona. Sol californiano y gasolineras y bares abiertos es cuanto necesitan estos modernos vaqueros para disfrutar de una tranquila ma?ana de domingo. Despu¨¦s de la comida llegar¨¢n las despedidas. Los dep¨®sitos est¨¢n llenos; el aceite, limpio, y los cuentakil¨®metros, a cero. Comenzar¨¢ un largo retorno. "Hasta que la muerte nos separe", dice una de las frases m¨¢s c¨¦lebres del mundillo Harley. Carretera y manta para unos hombres que viven por y para sus motocicletas.
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