Las cig¨¹e?as vuelven a los campanarios
En los ¨²ltimos a?os ha aumentado la poblaci¨®n de estas aves
La Sociedad Espa?ola de Ornitolog¨ªa (SEO) ha contabilizado en la Comunidad de Madrid una poblaci¨®n de m¨¢s de 250 parejas de cig¨¹e?as blancas en 1990, lo que supone un aumento muy significativo con respecto a la decadencia constatada en inventarios anteriores. En los ¨²ltimos dos a?os, numerosos sotos, arboledas y campanarios de la Comunidad han vuelto a verse poblados por estas grandes aves zancudas, que no vienen de Par¨ªs, como asegura el vulgo, sino que emigran estacionalmente a ?frica.
La fumigaci¨®n de pesticidas prohibidos, llevadas a cabo en ocasiones por la propia FAO en dichas regiones del ?frica subsahariana, es una de las causas por las que la poblaci¨®n de cig¨¹e?as se redujo en un 10% anual desde 1965.En Dinamarca, pa¨ªs de las cig¨¹e?as por excelencia en el siglo XIX, ya no queda ni una; en Italia hace tiempo que las exterminaron; en Suiza se intenta su reintroducci¨®n con dificultades, y en B¨¦lgica y Alemania se organizan entusi¨¢sticas excursiones ornitol¨®gicas para observar las ¨²ltimas parejas que subsisten", explican Carlos Mart¨ªn Novella y ?ngel G¨®mez Manzaneque, ornit¨®logos de la SEO.
Mientras tanto, "en Espa?a conservamos m¨¢s del 95% de las cig¨¹e?as de la Europa comunitaria". Dentro del contexto ib¨¦rico, las 250 parejas madrile?as pueden considerarse como un enclave determinante, por su situaci¨®n geogr¨¢fica de enlace: "Tenemos incluso nidos a menos de tres kil¨®metros de la puerta del Sol...". S¨®lo las provincias de Segovia, Salamanca, C¨¢ceres, Badajoz y C¨¢diz superan a Madrid.
La mejor colonia madrile?a de cig¨¹e?as se da en las olmedas en torno a San Lorenzo de El Escorial. En una finca privada de este t¨¦rmino se han contabilizado este a?o m¨¢s de 70 nidos con parejas reproductoras. Existen otras colonias muy destacables en Villavieja de Lozoya, en los n¨²cleos urbanos de Colmenar Viejo, de Fuente del Saz y, de Alcal¨¢ de Henares, en San Mart¨ªn de la Vega (junto al r¨ªo Jarama), en Guadalix de la Sierra y en Rivas-Vaciamadrid (junto al r¨ªo Manzanares).
Buen invierno
Muchas de estas concentraciones no han emigrado a ?frica en las ¨²ltimas temporadas. La benignidad de los ¨²ltimos inviernos parece ser la causa. El caso m¨¢s notable es el de Manzanares el Real, cuyas dos parejas de cig¨¹e?as permanecen en el tejado de la torre de la iglesia desde hace m¨¢s de 10 temporadas. La colonia de Rivas-Vaciamadrid tambi¨¦n es sedentaria, como las de Alpedrete, Brunete y Valdepi¨¦lagos.Hasta 1974 hubo nidos de cig¨¹e?a en pleno centro de Madrid capital, concretamente en la copa de un viejo eucaliptus del parque del Retiro. El profesor Bernis, uno de los grandes impulsores de la ornitolog¨ªa espa?ola, recuerda las idas y venidas de las grandes aves volando sobre el entramado urbano hacia sus comederos en torno al r¨ªo Manzanares, en las proximidades de Rivas-Vaciamadrid.
Al crecer la ciudad, las c¨ªg¨¹e?as fueron desocupando sus nidos por el esfuerzo de tener que ir en busca de alimento cada vez m¨¢s lejos. Hoy los nidos m¨¢s pr¨®ximos al kil¨®metro cero est¨¢n en el campanario del pueblo de Vallecas, en la arboleda junto al r¨ªo Manzanares en Perales del R¨ªo y en la iglesia de Villaverde. Los grandes basureros de Valdeming¨®mez y de Colmenar Viejo re¨²nen las mayores, concentraciones diurnas.
En Arganda est¨¢n los nidos m¨¢s singulares: durante varios anos una pareja de cig¨¹e?as mantuvo el suyo en el contrapeso de una gr¨²a m¨®vil en funcionamiento, sacando adelante sus polladas sin problemas; muy cerca, otra docena de nidos se mantiene encaramada por las antenas de Radio Nacional de Espa?a. Sus inquilinos vienen cada a?o a ocuparlos desde la lejana Timbuct¨², en el delta interior del N¨ªger.
"La problem¨¢tica que afect¨® a las cig¨¹e?as madrile?as alcanz¨® tintes dram¨¢ticos durante las d¨¦cadas de los sesenta y setenta", afirma G¨®mez Manzaneque. En este lapso de tiempo, las zonas encharcadizas que frecuentan estos animales en busca de alimento desaparecieron del territorio madrile?o en mis de un 80%. Por otra parte, "algunos p¨¢rrocos de la ¨¦poca, fueron implacables destructores de nidos de cig¨¹e?as, porque entorpec¨ªan las reparaciones en los templos". Un nido de cig¨¹e?a puede pesar hasta 700 killogramos de peso. Se calcula que en la di¨®cesis madrie?a el 60% de los nidos de cig¨¹e?as result¨® afectado en los ¨²ltimos 25 a?os. Entre la lista de recuerdos vergonzantes, destacan los casos de San Mam¨¦s y de Villavieja de Lozoya. Los nidos fueron derribados y las cig¨¹e?as matadas a tiros.
Pesticidas prohibidos
Pero adem¨¢s de los p¨¢rrocos, la p¨¦rdida de h¨¢bitat y otros problemas locales, los ornit¨®logos han descubierto con indignaci¨®n c¨®mo pesticidas prohibidos por la legislaci¨®n europea, como el Malation, el Metilparation y el Lindano, han sido utilizados durante a?os, de forma masiva, en ocasiones por la propia FAO, en numerosas zonas agr¨ªcolas del ?frica subsaharlana. Las cig¨¹e?as resultaron especialmente perjudicadas.Sin embargo, al suavizarse hace dos o tres a?os las condiciones de sequ¨ªa en Mal¨ª, Mauritania, Senegal, N¨ªger y Burkina Faso, y al controlarse m¨¢s severamente las exportaciones de productos fitosanitarios peligrosos hacia esos pa¨ªses, las fumigaciones antiecol¨®gicas han disminuido. Los ornit¨®logos han observado que las bandadas de cig¨¹e?as blancas, al paso del estrat¨¦gico estrecho de Gibraltar, recuperan paulatinamente su antiguo esplendor.
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