El poder de una sombra
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Rafael Delgado, de 34 a?os, secretario general de la Vicepresidencia del Gobierno, con rango de subsecretario, hab¨ªa conseguido hasta hace unos d¨ªas ser un desconocido para el com¨²n de los mortales. No as¨ª para los socialistas de todos los rincones de Espa?a, que le presuponen un poder casi onm¨ªmodo al ser la sombra del vicepresidente del Gobierno, Alfonso Guerra, desde hace 10 a?os.Esa cercan¨ªa de este joven nacido en T¨¢nger de familia malague?a no le pod¨ªa dejar, obviamente, al margen del raso Juan Guerra.
El secretario de Guerra, como se le denomina en el ¨¢mbito pol¨ªtico para ir al grano y obviar tratamientos administrativos, sale a la palestra por declaraciones de un amigo suyo, Leocadio Mar¨ªn, que le mencion¨® como la persona que autoriz¨® a Juan Guerra a utilizar el despacho de la Delegaci¨®n del Gobierno. En torno a Delgado se ha construido todo un mito de poder que le lleva a recibir las m¨¢s variadas peticiones a sabiendas de que no se puede llegar a Guerra sin pasar por Fali. Este apodo, que s¨®lo utiliza su entorno familiar andaluz y que viene de la infancia, le produce una contrariedad ilimitada.
Al igual que Guerra, tiene dos hijos. Delgado est¨¢ casado con Francisca Vidal, jefa de prensa del presidente del Congreso, F¨¦lix Pons, y son padres de un ni?o de a?o y medio; ¨¦l tiene otro hijo de cuatro a?os.
Sus funciones se desarrollan en los dos ¨¢mbitos en los que act¨²a Guerra: partido y Gobierno. Muy destacados dirigentes del PSOE se dirigen a Delgado con el mismo recato que si fuera Guerra. Su labor en los congresos federales denota el poder de ¨¦ste, y tiene otro momento estelar en cada proceso electoral.
Sus conocimientos estad¨ªsticos fueron la raz¨®n de que este licenciado en matem¨¢ticas llegase a Madrid para trabajar en la organizaci¨®n de las primeras elecciones municipales de 1979, despu¨¦s de que hubiera sido secretario de organizaci¨®n del PSOE en M¨¢laga.
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