Una cuesti¨®n de ¨¢nimo
Yo cre¨ªa que Italia podr¨ªa con Argentina. Entre otras razones, porque la estad¨ªstica y el juego dispuesto por ambas selecciones hasta las semifinales estaban de? lado local. Argentina parec¨ªa tener un solo valedor, Maradona, y, eso s¨ª, el mejor de los tutores, la fortuna, el manto protector de Dios. Result¨® ser una falsa impresi¨®n. La salida a la cancha de la squadra azzurra puso de relieve el peor de los pecados que puede cometer un equipo: tener miedo a perder.El comportamiento del conjunto italiano no tuvo explicaci¨®n. Jugaba como local, contaba con el apoyo de toda la grada, manten¨ªa su marco imbatido, en juego estaba el acceso a la final de una Copa del Mundo y enfrente ten¨ªa un rival diezmado por las lesiones. Todo ese arsenal no le sirvi¨® de nada. Italia perdi¨® toda su solvencia defensiva y tuvo miedo de asomar su cuerpo en campo contrario. No recuerdo, por ejemplo, que Baresi atravesara la divisoria en m¨¢s de una ocasi¨®n.
Ese miedo se engendra en la caseta, cuando los l¨ªderes del equipo contagian su estado an¨ªmico a sus disc¨ªpulos. Si los que comandan el grupo se arrugan, el conjunto se diluye. Y, si el entrenador local piensa m¨¢s en c¨®mo combatir al contrario que en c¨®mo desarrollar su propia estrategia, entrega el partido al adversario. Eso fue lo que hizo Italia.
La selecci¨®n anfitriona renunci¨® a sacar al adversario de la cancha. Le dej¨® tiempo y espacio a Argentina para que pensara y manejara el esf¨¦rico en el centro del campo. El equipo de Bilardo dispone de buenos peloteros y del mejor futbolista del universo, Maradona, que, aun actuando al 50%, result¨® desequilibrador de un choque que siempre estuvo en manos suramericanas.
El m¨¦rito del colectivo argentino estuvo precisamente en saberse campe¨®n. S¨®lo ellos confiaban en s¨ª mismos. Y eso les bast¨® para llegar a la final. Italia lo tuvo todo a su favor y Argentina todo en su contra. Y, sin embargo, Italia tuvo miedo a perder y Argentina se parti¨® el alma para que no la apartaran del Mundial. Los anfitriones pensaron que era tan dif¨ªcil superar a Argentina que ni siquiera supieron defender un gol marcado en posible fuera de juego.
La diferente disposici¨®n an¨ªmica de los dos equipos se plasm¨® en la tanda de penaltis. Goycoechea sab¨ªa que pod¨ªa volver a parar dos como hizo frente a Yugoslavia. Zenga se encontr¨® en una situaci¨®n ins¨®lita y temi¨® no poder parar ninguno.
Este art¨ªculo ha sido reelaborado period¨ªsticamente por Ram¨®n Besa.
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