Tregua parcial en el juicio a Vicini

La prensa italiana ha decretado una tregua parcial tras la derrota sufrida por su selecci¨®n ante la de Argentina. Azeglio Vicini, el t¨¦cnico, el delantero Vialli y, en menor medida, el portero Zenga est¨¢n en el centro de un hurac¨¢n controlado, pero, que puede desbocarse si Italia no vence ma?ana a Inglaterra en el partido por el tercer puesto. Los diarios deportivos, que venden millones de ejemplares, son de los m¨¢s feroces del mundo y capaces de crear y destrozar un mito con 24 horas de diferencia. Pero la expectaci¨®n era tan enorme que la eliminaci¨®n, en la caprichosa tanda de penaltis, ha originado un sentimiento de incredulidad que ha frenado su moral de combate.

Vicini est¨¢ a punto de convertirse en el m¨¢rtir del Mundial. Se lo juega todo en la final B. El presidente de la federaci¨®n italiana, Antonio Matarrese, se lo ha recordado claramente: "Italia est¨¢ obligada a terminar en el tercer lugar". Las cr¨ªticas, mucho menos sangrantes de lo que un descalabro de este tipo suele llevar consigo, se centran en las sustituciones realizadas ante Argentina. Vicini cambi¨® a Vialli y Giannini por Baggio y Serena. Los peri¨®dicos recriminan al seleccionador su reiterada confianza en Vialli cuando no hab¨ªa funcionado en los primeros partidos; su renuncia a la pareja Schillaci-Baggio, que dio un buen rendimiento; su tozudez en mantener una l¨ªnea de cinco defensas, entregando el dominio del campo en la ¨²ltima hora del partido a Argentina, y, finalmente, su desprecio hacia los veteranos Ancelotti y Vierchowood, a los que consideran capaces de afrontar con garant¨ªas de ¨¦xito una situaci¨®n tan dificil.Vicini se ha defendido con sensatez. "Volver¨ªa a hacer lo mismo", dijo; "el problema fue que Schillaci y Ferri se lesionaron inmediatamente despu¨¦s de agotar los relevos, lo que origin¨® que no pudi¨¦semos aprovechar nuestra ventaja num¨¦rica. Adem¨¢s, Schillaci y Ferri estaban entre los lanzadores de los penaltis". Arrigo Sacchi, el entrenador del Milan, critic¨® a Vicini por elegir a Donadoni, uno de sus jugadores, para la tanda de m¨¢ximos castigos. "Donadoni nunca tira un penalti en el Milan", record¨® Sacchi; "no entiendo c¨®mo se le puede entregar una responsabilidad tan enorme a un jugador que no es un especialista". Donadoni y Serena fueron precisamente los que fallaron en los tiros.

Tanto a Vicini como a Zenga se les ha reiterado que tambi¨¦n perdieron ante Espa?a la final de la Eurocopa sub 21 de 1986 en la tanda de penaltis. Como el martes ante Argentina, Zenga no detuvo ni uno solo de los lanzados por Roberto, Eusebio y Ram¨®n. Las estad¨ªsticas aparecen por todas partes. Por ejemplo, Zenga no ha parado ni uno solo de los tres penaltis que le han lanzado esta temporada defendiendo la porter¨ªa del Inter y los equipos italianos han ganado en la tanda fat¨ªdica ¨²nicamente una vez de cada diez en los ¨²ltimos diez a?os de competiciones europeas.

El caso de Vialli es muy diferente. A Zenga, que ha batido el r¨¦cord de imbatibilidad en un Mundial, no se le puede atacar a fondo. Con Vialli, la gran estrella de la selecci¨®n antes del torneo, no hay tantas prevenciones. A Vialli se le acusa de no haber asumido la responsabilidad que le hab¨ªa entregado Vicini. El se defiende contraatacando: "El entrenador es el que da las ¨®rdenes. Cuando yo salgo al campo, no pienso; hago tan s¨®lo aquello que me piden que haga".