Navratilova consigue el r¨¦cord de nueve t¨ªtulos de Wimbledon
Martina Navratilova alcanz¨® ayer, a los 33 a?os de edad, la m¨¢s alta cima de su carrera. La jugadora norteamericana obtuvo en la catedral del tenis mundial su noveno t¨ªtulo de Wimbledon, r¨¦cord jam¨¢s establecido anteriormente en toda la historia del torneo. Navratilova derrot¨® en la final a su compatriota Zina Garrison con un marcador implacable y adecuado a su gran exhibici¨®n: 6-4 y 6-1. La campeona recibir¨¢ 40 millones de pesetas. "Este es el d¨ªa que m¨¢s champa?a pienso beber. El r¨¦cord no me interesa, s¨®lo deseo que la gente aprecie que hoy, aqu¨ª, se ha hecho historia" declar¨®.
En Carmel (California), a miles de kil¨®metros de distancia, Hellen Wills Moody, m¨¢s conocida en la actualidad por su nombre de casada, Aidan Roark, de 85 a?os de edad, debi¨® de contemplar el partido mientras desayunaba frente al televisor con una extra?a sensaci¨®n. Wilis Moody obtuvo en 1935 su octavo triunfo en Wimbledon Nadie hab¨ªa osado efectuar tal haza?a hasta que en 1973 debut¨® una jovencita de 15 a?os de edad llamada Martina Navratilova. 18 a?os ha tardado la norteamericana en superar aquel r¨¦cord.Ocho veces hab¨ªa flexionado Martina su rodilla para recibir la felicitaci¨®n de los duques de Kent presidentes de honor de Wimbledon. Ninguna como la de ayer. El gesto de la duquesa fue significativo. Ajena al protocolo, bes¨® a la campeona, reconociendo as¨ª el m¨¦rito de una mujer excepcional en un torneo excepcional.
Navratilova necesit¨® apenas 1 hora y 15 minutos para convertir se en un mito viviente de la altura de Billie Jean King o Suzanne Lenglen. Enfrente tuvo a una jugadora de m¨¦rito. Garrison tuvo a su alcance la posibilidad de convertirse en la segunda tenista negra que triunfa en Wimbledon, gloria que hasta ahora s¨®lo posee Althea Gibson, campeona en 1957 y 1958. Sin embargo, no tuvo m¨¢s remedio que rendirse ante una rival que ten¨ªa una cita con la gloria El partido apenas tuvo historia. No ser¨¢ recordado como una final vibrante, merecedora de las cr¨®nicas m¨¢s elogiosas. Navratilova, mucho m¨¢s segura en sus golpes, forz¨® sin apenas esfuerzo la ruptura del servicio de Garrison en el tercer juego de la primera manga. Con tal ventaja, se limit¨® a conservar el suyo y propiciar los errores de su contrincante, excesivamente nerviosa en su primera final del Grand Siam: 6-4.
El segundo set ofreci¨® el mejor tenis de la. campeona, coronado por los errores incomprensibles y no forzados de la aspirante en pelotas f¨¢ciles y definitivas. No tuvo que fatigarse Navratilova para sumar tres breaks, consecutivos en el tercer, quinto y s¨¦ptimo juego.
En la primera pelota de partido de que dispuso, sentenci¨® la contienda: (6-1). Garrison, luchadora como pocas, no ofreci¨® su aut¨¦ntico nivel. La tenista de Houston, inesperada verdugo de Steffi Graf y M¨®nica Seles, no tuvo piedad de Christ Evert el a?o pasado, cuando, con motivo del Open de Estados Unidos, la derrot¨® en el ¨²ltimo partido de su carrera. Ayer, ante otra gloria viva del tenis que afronta la recta final de su carrera, cedi¨® impotente.
"No te preocupes. T¨² todav¨ªa tienes seis o siete oportunidades de ganar en Wimbledon. Yo no. ?sta ha sido tal vez la ¨²ltima", dijo Navratilova a su rival tras el partido. "Creo que estoy m¨¢s contenta que t¨²", respondi¨® ¨¦sta.
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