El caser¨®n de las miradas

En un lugar ins¨®lito y apartado del barrio de Carabanchel Alto, Jorge Navarro, un alumno de los Talleres de Arte Actual del C¨ªrculo de Bellas Artes, ha desarrollado, a lo largo de tres meses y una media de 10 horas diarias de dedicaci¨®n, un trabajo ambiental que restituye los r¨¦cords de este lugar, en el que se ha parado el tiempo. La exposici¨®n Claroscuro permanecer¨¢ abierta hasta el 19 de julio; los paneles fotogr¨¢ficos de la muestra se expondr¨¢n durante este mes y en agosto en el C¨ªrculo de Bellas Artes.

Esta instalaci¨®n se inscribe en el marco de la exposici¨®n fin de curso que los cerca de 100 alumnos asistentes este a?o a los talleres dirigidos por Lucio Mu?oz, Soledad Sevilla, Francesc Torres, John Armleder e Isidoro Valc¨¢rcel Medina acaban de presentar en el C¨ªrculo de Bellas Artes.Participante en el taller de Francesc Torres, Navarro se sinti¨® atra¨ªdo por la idea de realizar un trabajo en ese edificio que fue ¨¢mbito de sus primeros a?os escolares. El caser¨®n de fines del XIX, al que se conoce como Villa de San Miguel y ubicado en el n¨²mero 6 de la plaza del Seis de Diciembre, fue destinado a colegio de primera ense?anza en los a?os posteriores a la guerra civil. Desde la fachada, que se abre a un jardincillo, hasta el ¨²ltimo rinc¨®n del entarimado conserva, como por milagro, un tiempo que se neg¨® a transcurrir al ritmo del entorno urbano.

Barro sin cocer

En la instalaci¨®n, 18 figuras de ni?o de tama?o natural modeladas en barro sin cocer observan el exterior del aula a trav¨¦s de los cristales, aupados sobre unas pilas de libros, como un trasunto de esa apertura al mundo exterior que los primeros a?os de escuela preparan a la mente de un ni?o. Completan la instalaci¨®n innumerables fragmentos de moldes de escayola, tierra esparcida por el suelo, mobiliario escolar, v¨ªdeo monocanal y banda sonora.Seg¨²n el autor, "la idea inicial del proyecto se basaba en una compleja met¨¢fora en torno al sentido de la cultura y la educaci¨®n, la permanencia del origen y el sentimiento de p¨¦rdida y transformaci¨®n que significa el aprendizaje de unos c¨¢nones comunes, un orden y una cultura".

El resultado ha sido m¨¢s enriquecedor de lo que el tema hab¨ªa planteado, porque el di¨¢logo con este lugar silencioso y pleno de vivencias filtradas por las luces del recuerdo ha ido fructificando el trabajo, de manera que ahora son muchas las sugerencias que plantea y evoca, el nudo de relaciones y conceptos que pone en juego ante el espectador.

Los ni?os est¨¢n modelados de forma met¨®dica y desindividualizada, es el primer aprendizaje y el m¨¢s duro, la p¨¦rdida de los rasgos distintivos de origen representados por el uniforme y el orden de la disciplina escolar. A cambio de este quebranto del mundo infantil, una parte del universo se ha abierto a los ojos de los ni?os que, sin sobresalto, empiezan a contemplar y conocer el mundo exterior y los rudimentos del saber. Es el Claroscuro que da nombre a la instalaci¨®n y que empieza a fraguarse.

Un ni?o sobredimensionado como adulto contempla a trav¨¦s del v¨ªdeo instalado en otra aula un probable futuro que ya es hoy, son los gatos y las reliquias que, como mudos testigos del tiempo, permanecen ¨²nicos habitantes de la escuela desalojada.