La investigaci¨®n judicial a Juan Guerra y sus socios aporta indicios de delito fiscal
El juez de instrucci¨®n n¨²mero 6 de Sevilla, Angel M¨¢rquez, ha ordenado a la Inspecci¨®n de Hacienda que le informe acerca de la liquidaci¨®n que corresponde a Juan Guerra Gonz¨¢lez, su socio Juan Jos¨¦ Arenas y sus empresas -Corral de la Parra, Fracosur y sociedades participadas-, por los ¨²ltimos ejercicios fiscales. Tambi¨¦n ha pedido id¨¦ntico informe respecto de Francisco L¨®pez Mart¨ªn, persona que mantiene estrechas relaciones financieras con Juan Guerra, seg¨²n fuentes jur¨ªdicas. De ese peritaje depende que se formule una acusaci¨®n por delito fiscal, con la consiguiente apertura de juicio.
Esta medida se debe a la abundancia de indicios sobre la defraudaci¨®n presuntamente cometida, que han sido aportados por la Polic¨ªa Judicial y varios testigos, adem¨¢s de los datos descubiertos en su d¨ªa por la inspecci¨®n de Hacienda. Las investigaciones han descubierto movimientos de fondos no declarados a Hacienda en su momento. Juan Guerra o sus empresas han presentado tres declaraciones complementarlas desde que se inici¨® la investigaci¨®n, pero Hacienda no les ha admitido el pago de las dos ¨²ltimas, dado que la inspecci¨®n se encuentra ahora bajo control judicial.Lo que el juez ha pediodo a los inspectores es un cuantificaci¨®n de los indicios de defraudaci¨®n descubieros, para con ello poder determinar alguna acci¨®n jucial contra algunas de las personas o sociedades relacionadas en el caso. La defraudaci¨®n es un delito cuando supera los cinco millones de pesetas en un s¨®lo ejercicio.En 1988 han sido acreditados ingresos por valor de 110 millones de pesetas en las cuentas de Juan Guerra, que muchas veces aparecen mezcladas en cuentas bancarias a nombre de sociedades y otras cuentas personales. Incluso algunas cuentas supuestamente "an¨®nimas", que los bancos utilizan habitualmente para determinadas operaciones. El dinero corr¨ªa de mano en mano, literalmente, puesto que gran parte de los fondos circulaba en met¨¢lico.
De esa cantidad, veinte millones proceden de un pr¨¦stamo realizado por una persona que no pidi¨® garant¨ªa alguna, y otros veinte de una cesi¨®n de cr¨¦dito, no declarada tampoco en su momento. Juan Guerra recibi¨® otros 60 millones de Francisco L¨®pez Mart¨ªn, ex due?o de la empresa Construcci¨®n Modular Andaluza y amigo personal de Juan Guerra desde siempre. Cobr¨®, asimismo, sumas menores ,de empresas pr¨¢cticamente inactivas, adem¨¢s de las cantidades abonadas por el PSOE, que le pagaba una parte como sueldo, y otra para sufragar el "servicio de seguridad" del partido.
El hermano del vicepresidente del Gobierno sostiene que una parte de esos ingresos eran pr¨¦stamos a devolver: cosidera como tal, por ejemplo, los 60 millones que le entreg¨® Fracisco L¨®pez Mart¨ªn, el hombre que acostumbra a no hacer nunca la declaraci¨®n de la renta - seg¨²n confes¨® ¨¦l mismo ante el juez M¨¢rquez -. Pero ese pr¨¦stamo fue entregado en efectivo y sin formalizaci¨®n de garant¨ªa alguna por lo cual los investigadores entienden que se trata de un incremento patrimonial del hermano del vicepresidente.Juan Guerra ha intentado acreditar gastos importantes de 1988, pero se ignora todav¨ªa el uso dado a una parte del dinero. Falta tambi¨¦n revisar la declaraci¨®n de impuestos correspondiente a 1989 para completar el cuadro de situaci¨®n tributaria de las personas sometidas a esta investigaci¨®n. Asimismo, faltan las declaraciones de las sociedades implicadas, cuyo plazo de entrega finaliza el pr¨®ximo d¨ªa 20.
Peculiar mara?a
La red de negocios tejida en torno a Juan Guerra funcionaba por procedimientos muy peculiares. Para cada asunto importante abordado por Corral de la Parra, SA -la sociedad matriz-, esta empresa no aportaba dinero: sin embargo, los dem¨¢s socios pon¨ªan cantidades mucho m¨¢s altas de las exigidas por los negocios pretendidos o realizados.
Por ejemplo: HRT, compa?¨ªa participada por Corral de la Parra, aport¨® m¨¢s de 50 millones para comprar un edificio en la calle sevillana de Pag¨¦s del Corro, cuyo precio de compra no alcanzaba los 25 millones, seg¨²n declaraciones ante el juez de los copropietarios de tales inmuebles. El escriturado era a¨²n menor, pero esa pr¨¢ctica se considera moneda corriente en el mercado inmobiliario espa?ol.
La investigaci¨®n ha documentado que se oper¨® con tres cantidades: se escritur¨® por 15 millones, se compr¨® por cerca de 25 millones y, sin embargo, los socios capitalistas desembolsaron m¨¢s de 50 millones de pesetas en la operaci¨®n, sin que se conozca el destino del dinero sobrante. Ese mismo esquema se repiti¨® en operaciones de Cimsa, otra de las inmobiliarias participadas por Corral de la Parra. Cimsa aport¨® m¨¢s de 100 millones para la compra de un edificio a nombre de la empresa Turia 12, por el cual se pag¨® realmente una cantidad inferior.
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