Ay
Seguramente hemos sido malos; sin duda arrastramos una conciencia ajada y renegrida. Pero ni tras haber estado destripando viejas tarde y noche durante siete a?os nos merecer¨ªamos, creo yo, semejante castigo: el programa Ay, qu¨¦ calor, de Tele 5, es un tormento despiadado. Duelen los ojos al verlo; se infectan y supuran las orejas. Y las neuronas, sobre todo las neuronas, pobrecitas, a¨²llan en el encierro de los cr¨¢neos mientras se licuan lentamente, acosadas por la m¨¢s suprema necedad.El programa es en realidad indescriptible, como siempre lo fueron los grandes horrores; pero puedo citar alg¨²n que otro detalle espeluznante. El lustre grasiento del presentador y sus fofas y dedicortas manos siempre sobando la grupa fugaz de alguna nena. La opacidad de los concursantes, reci¨¦n salidos a no dudar del Cotolengo: siendo italianos, ni siquiera saben que M¨®naco no pertenece a Italia. Nuevamente el seboso presentador exclamando con sencilla finura: "Ahora vamos a desnudar a Supers¨®nica, y luego a B¨¦same Mucho...-. Los lastimosos concursantes imitando el andar de los patos o el cacarear de las gallinas: si hubieran tenido que hacer el rid¨ªculo de semejante modo en el curso de una cruel novatada de estudiantes, seguramente hubieran preferido dejarse matar antes de hacerlo; pero aqu¨ª se someten a la indignidad con una sonrisilla lela en los mofletes. Por ¨²ltimo, en fin, est¨¢n las delirantes ¨ªnfulas europe¨ªstas del programa. Porque las despelotadas nenas representan a los pa¨ªses comunitarios (la espa?ola, s¨ª, apuremos el c¨¢liz, lleva mo?o y claveles) y los premios se dan en eurofichas. Y puedo imaginarme f¨¢cilmente a esos ultrafascistas que siempre quisieron cerrarnos el pa¨ªs a cal y canto exclamando ahora un: "?Lo veis? Esta guarrindongada, esta bazofia es vuestra Europa". Como sigan as¨ª las teles privadas, en vez de contribuir al progreso democr¨¢tico nos van a desbaratar el tenderete.
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