En el dique seco

Los mercados de valores eran ayer un hervidero de frases hechas sobre los momentos que suceden a las situaciones dif¨ªciles, y esto era posible por la absoluta inmovilidad que se respiraba en los patios de operaciones a lo largo de la ma?ana. El papel del corto plazo ya hab¨ªa abandonado sus posiciones en la tarde anterior y el dinero se resist¨ªa a reconstruir nada antes de que Wall Street no decidiera si el susto hab¨ªa sido suficiente o todav¨ªa se pod¨ªa insistir. La falta de ideas fue, pues, lo ¨²nico destacable de unos mercados en los que se empieza a pensar qu¨¦ relaci¨®n puede haber entre su situaci¨®n y la del entorno econ¨®mico.Los grupos que mejor y m¨¢s r¨¢pidamente han reaccionado han sido el qu¨ªmico y el de construcci¨®n, aunque en ninguno de los dos casos hubo recuperaciones espectaculares. A media tarde se produjo una aplicaci¨®n sobre el 5% del capital social de Macosa lo que, junto a los casi dos millones de t¨ªtulos que contrat¨® Telef¨®nica, constituye el grueso del negocio de esta sesi¨®n.

La apertura de Wall Street, con ligeros altibajos, no invitaba a efectuar movimiento alguno algo que, evidentemente, no parece afectar a los acuerdos entre instituciones. Las posiciones al cierre no variaron, lo que ayudar¨¢ a que esta situaci¨®n dure unos cuantos d¨ªas m¨¢s.